A pesar de desafíos, las remesas sostienen la economía haitiana, marcada por la inseguridad y la dependencia
Viernes, 5 de enero del 2024.-Según el Instituto Haitiano de Estadística e Informática, las remesas hacia Haití alcanzaron los tres mil 800 millones de dólares en 2023, experimentando un leve descenso del 1,2% en comparación con el año anterior.
Aunque las remesas enviadas por la diáspora alivian la crisis de los hogares haitianos, no logran resolver los problemas más profundos del país, caracterizado por la inseguridad, el decrecimiento económico y el desempleo, destaca Prensa Latina.
Actualmente, Haití está recalculando su Producto Interno Bruto (PIB), y las remesas, aunque representan menos del 20%, siguen siendo un sustento vital para sus habitantes.
Estas remesas garantizan, en todo o en parte, el poder adquisitivo de casi la mitad de los hogares del país, quienes deben hacer frente a necesidades básicas como alimentación, alquiler, transporte y educación de sus hijos.
Haití está recalculando su Producto Interno Bruto (PIB), y las remesas, aunque representan menos del 20%, siguen siendo un sustento vital para sus habitantes.
Su importancia se magnifica ante el crecimiento del desempleo, vinculado al decrecimiento de las actividades empresariales marcadas por la recesión.
En Haití, las remesas aportan cuatro veces más financiamiento que las exportaciones y casi 100 veces más que la inversión extranjera directa.
Según el economista Etzer Emile, entrevistado por Le Nouvelliste, "Haití es uno de los países más dependientes de las remesas de la diáspora, reflejo de una economía moribunda, no dinámica y poco diversificada, incapaz de generar riqueza e ingresos para sus ciudadanos por sí sola".
En 2022, el Banco Mundial situó a Haití como el tercer país más dependiente de las remesas en América Latina y el Caribe, después de El Salvador y Honduras.
Aunque aseguran la supervivencia de las familias beneficiarias, las remesas tienen un impacto limitado en el crecimiento económico y el empleo, destacó Emile.
En 2022, el Banco Mundial situó a Haití como el tercer país más dependiente de las remesas en América Latina y el Caribe, después de El Salvador y Honduras.
Haití, afectado por la violencia de las pandillas, secuestros y hechos de sangre, experimenta una significativa emigración, y el número de nacionales residentes en el exterior continúa en aumento, con una estimación de más de 1,2 millones, principalmente en Estados Unidos.