La fugitiva dominicana, acusada de asesinato, implora no ser extraditada a la República Dominicana, temiendo por su vida en prisión
MADRID, 15 Ene. (EUROPA PRESS) – Francelys María Furcal, la mujer más buscada por las autoridades dominicanas, ha admitido su culpabilidad en un asesinato ocurrido en su país natal. Durante una audiencia en la Audiencia Nacional en Madrid, ha confesado haber matado al gerente de la ferretería donde trabajaba. Sin embargo, Furcal ha suplicado no ser devuelta a la República Dominicana, alegando un temor profundo por su vida en caso de ser encarcelada allí.
La trágica cadena de eventos comenzó con una discusión acalorada en el lugar de trabajo de Furcal, desencadenando un acto de violencia que cambiaría su vida para siempre. "Hice algo malo, pero no merezco mala muerte", exclamó Furcal, destacando su rol como madre soltera de tres niños y describiendo el maltrato que sufrió en su empleo. Estas palabras resonaron en la sala, mientras el juez Alfonso Guevara presidía el tribunal.
El equipo legal de Furcal ha instado a la corte a considerar las preocupaciones sobre su seguridad y bienestar en caso de ser extraditada, argumentando que enfrenta riesgos reales a su integridad física en una prisión dominicana. A pesar de que su solicitud de asilo fue inicialmente denegada, han apelado esta decisión y solicitado una suspensión cautelar.
Por otro lado, la Fiscalía española ha expresado su apoyo a la extradición de Furcal, afirmando que se cumplen todos los requisitos legales necesarios. El fiscal Carlos Bautista subrayó que, dado que la solicitud de asilo fue rechazada, procede su entrega a las autoridades dominicanas.
El Caso que Conmocionó a Dos Continentes
La historia de Francelys Furcal es una narrativa compleja que se extiende por varios países. Tras el homicidio en abril de 2022, Furcal huyó de la República Dominicana, iniciando una fuga internacional que finalmente la llevó a España. Se detalla cómo adquirió documentación falsa en Colombia por más de 1.000 dólares y viajó a través de Brasil y Francia antes de llegar a España.
Su habilidad para evadir a la justicia y su cambio de apariencia, incluyendo teñirse el cabello y el uso de una identidad colombiana falsa, complicaron la búsqueda. Sin embargo, las autoridades dominicanas la consideraban extremadamente peligrosa y prioritaria en su lista de fugitivos.
El trabajo de colaboración internacional fue clave para su localización. Se realizaron extensas investigaciones y seguimientos, que finalmente llevaron a las autoridades a concentrar sus esfuerzos en el distrito madrileño de Tetuán. Las características únicas de Furcal, como su tendencia a salir solo de noche y cubrir su cabello, dificultaron su plena identificación. Sin embargo, fue finalmente capturada y confirmada su identidad mediante el cotejo de huellas dactilares.
Este caso, que cruza fronteras y abarca complejas cuestiones legales y humanitarias, continúa evolucionando. Mientras la justicia española delibera sobre la extradición, Francelys Furcal aguarda su destino, atrapada entre la confesión de un crimen y el temor a una "mala muerte" en su patria.