Con un espectáculo que superó adversidades, Luis Miguel reconquista a sus seguidores en un concierto histórico y emotivo.
Santo Domingo fue testigo de una noche estelar, donde el astro latino Luis Miguel, conocido cariñosamente como 'El Sol de México', brilló con luz propia, apaciguando las tensiones previas y deleitando a sus fervientes seguidores con un concierto inolvidable. Tras la suspensión de su actuación el miércoles, que encendió la ira de sus admiradores, el cantante respondió con una actuación regia el jueves, reafirmando su estatus de leyenda viva.
Este histórico evento se llevó a cabo en el icónico Estadio Olímpico de Santo Domingo, un lugar que, pese a la fallida noche anterior debido a problemas técnicos y logísticos, se convirtió en el epicentro de la magia musical de Luismi. El respeto hacia su audiencia fue palpable, con una puntualidad ejemplar que comenzó con la llegada del artista en helicóptero al recinto del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte.
Con el escenario ambientado por tres enormes pantallas y acompañado de un talentoso conjunto de músicos y coristas, Luis Miguel emergió entre aplausos a las 8:50 pm, marcando el inicio de una velada mágica con "Será que no me amas". La atmósfera se cargó de nostalgia con una retrospectiva fotográfica de su trayectoria artística, un viaje desde sus inicios como ídolo infantil y juvenil hasta convertirse en un artista consolidado.
Elegante y sonriente en su traje negro, Luismi encantó a la multitud no solo con su presencia sino con su impecable voz, más potente y afinada que nunca. A sus 53 años, mostró una figura más esbelta y una energía renovada, interpretando una lista de éxitos que han marcado generaciones, como "Suave", un tema que encendió los móviles de la audiencia para capturar el momento.
En una noche llena de éxitos, Luis Miguel rindió tributo a uno de los géneros que más lo han caracterizado: el bolero. Con interpretaciones como "Por debajo de la mesa", el público se unió en una sola voz, y con "No sé tú", el romance se palpó en cada rincón del estadio.
El repertorio continuó con clásicos del artista que han trascendido el tiempo y el espacio, como "Dormir contigo", "Usted" y "Como yo te amé", que mantuvieron a los asistentes enamorados de su música. La noche alcanzó uno de sus puntos más altos cuando interpretó "Hasta que me olvides", compuesta por Juan Luis Guerra, una canción que ha resurgido en popularidad tras la serie biográfica de Netflix sobre el cantante.
Luis Miguel también hizo un guiño a sus años de ídolo juvenil con éxitos como "La incondicional", "Culpable o no" y un medley que incluyó temas como "No me platiques más", "Solamente una vez", "Sol, arena y mar" y "Dormir contigo", demostrando su habilidad para adaptarse y complacer a una audiencia diversa.
El concierto, que presentó unas 32 canciones entre completas y medleys, no fue solo un evento musical, sino un espectáculo de emociones y recuerdos compartidos, una noche donde el 'Sol de México' no solo domó la rabia de sus fans, sino que la transformó en una celebración de amor, música y arte. Con su voz intacta y su carisma legendario, Luis Miguel demostró una vez más por qué sigue siendo uno de los artistas más queridos y respetados en el mundo de la música latina.