Rusia y Ucrania intercambian cerca de 400 prisioneros después del derribo de avión en Bélgorod

Operación de intercambio se produce en medio de tensiones bélicas continuas

Miércoles, 31 de enero del 2024.- Rusia y Ucrania han realizado un significativo intercambio de prisioneros este miércoles, involucrando a cerca de 400 personas, según confirmaron ambas partes. Este intercambio tuvo lugar apenas una semana después de que el Gobierno ruso denunciara el derribo de un avión en la región de Bélgorod, donde viajaban aproximadamente 75 personas, incluyendo 65 ucranianos que iban a ser liberados.

El Ministerio de Defensa ruso, a través de un comunicado en su cuenta de Telegram, informó que "como resultado de negociaciones, 195 militares rusos en peligro mortal en cautividad han regresado el 31 de enero desde el territorio controlado por el régimen de Kiev". A cambio, se entregaron 195 prisioneros de guerra de las Fuerzas Armadas ucranianas.

Europa Press destacó que el personal militar liberado será trasladado a Moscú en aviones militares de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia para recibir tratamiento y rehabilitación en instituciones médicas del Ministerio de Defensa ruso, garantizando atención médica y psicológica necesaria.

195 militares rusos regresaron a su país a cambio, 195 prisioneros de guerra de las Fuerzas Armadas ucranianas.

Por su parte, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, elevó a 207 el número de ucranianos liberados y expresó en Telegram: "Los nuestros están en casa. 207 chicos", mientras recordaba a aquellos que aún están cautivos y enfatizaba el compromiso de trabajar para su liberación.

Previamente al intercambio, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, confirmó que las investigaciones sobre el incidente aéreo en Bélgorod continúan, sin proporcionar detalles sobre la fase actual de la investigación.

El avión siniestrado, un Il-76, se estrelló el 24 de enero cerca de Yablonovo, y el presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que fue derribado por un sistema de defensa aéreo extranjero. 

El Gobierno ucraniano abogó por una investigación internacional, respaldada por Rusia, y admitió la planificación de un intercambio de prisioneros, siendo uno de los más grandes desde el inicio de la ofensiva rusa en febrero de 2022.