Descubrimiento revela cómo las abejas influyeron en la paleta de colores de las flores a lo largo de millones de años.
En un estudio innovador de la Universidad de Monash, científicos han descubierto cómo las abejas jugaron un papel fundamental en la evolución del color de las flores. Utilizando simulaciones por computadora, la investigación demuestra el vínculo milenario entre estos polinizadores y la diversificación cromática en el reino vegetal.
Publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B, el estudio recreó el entorno de las primeras flores, remontándose a decenas de millones de años atrás, para examinar su visibilidad para polinizadores como las abejas y los pájaros.
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El profesor asociado Alan Dorin, líder del proyecto y director de NativeBee+Tech, explicó que las abejas ya poseían una percepción visual avanzada antes de la aparición de las flores, lo que les permitía navegar eficientemente entre elementos naturales.
Los resultados indican que las primeras flores adoptaron colores vivos para destacar entre fondos menos vibrantes y atraer a los polinizadores primigenios.
Para entender si la percepción de las abejas ha cambiado con el tiempo, los investigadores compararon cómo estos insectos perciben su entorno actual con cómo sus ancestros veían el suyo.
El estudio se benefició de las características geológicas de Australia, un continente de antigua formación, para simular los paisajes del Mesozoico, época en la que surgieron las primeras flores. Según Dorin, este enfoque permitió una aproximación realista a los escenarios prehistóricos en los que se desarrolló la flora temprana.
El coautor y experto en visión, el profesor asociado Adrian Dyer, resaltó la importancia del descubrimiento, señalando que es la primera vez que se establece una conexión directa entre la percepción visual de los polinizadores antiguos y la evolución del color en las flores.
La investigación confirma que las abejas, tanto antiguas como modernas, tienen fotorreceptores capaces de detectar ultravioleta, azul y verde, lo que explica la prevalencia de colores como el amarillo en muchas flores actuales.
Este hallazgo no solo arroja luz sobre el pasado evolutivo de las plantas y sus métodos de polinización, sino que también tiene implicaciones para la agricultura contemporánea y el futuro de la investigación en polinización eficiente de cultivos, prometiendo avances significativos en el campo de la agricultura inteligente.