El mes más violento en dos años deja un saldo devastador, con llamados urgentes a la acción internacional.
GINEBRA – La creciente ola de violencia en Haití ha llevado a un deterioro sin precedentes en la situación de los derechos humanos en el país, marcando enero de 2024 como el mes más violento en los últimos dos años, según advirtió el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, este viernes 9. La violencia de pandillas, que se ha expandido con una intensidad implacable, ha tenido consecuencias desastrosas para la población haitiana, exacerbando la ya grave crisis humanitaria.
El informe presentado por Türk destaca que, solo en enero, 806 personas ajenas a los enfrentamientos entre bandas y las fuerzas del orden fueron asesinadas, heridas o secuestradas en las calles de Puerto Príncipe y otras ciudades. Además, unos 300 pandilleros sufrieron el mismo destino, elevando el total de afectados a 1108, cifra que supera en más de tres veces los incidentes registrados en el mismo mes del año anterior.
La violencia no solo ha causado una estela de muerte y terror entre los adultos; los niños también han sido víctimas de este clima de inseguridad. Según el Acnudh, el año pasado, 167 niños fueron asesinados o heridos de bala, y algunos incluso ejecutados por pandillas o grupos de autodefensa, acusados de apoyar a bandos rivales.
Este escenario ha provocado el cierre de escuelas, servicios públicos y negocios locales, complicando aún más el acceso a servicios esenciales y la distribución de ayuda humanitaria. La situación se ha visto agravada por la falta de acción del primer ministro Ariel Henry, quien no cumplió con el acuerdo de convocar a nuevas elecciones ni de entregar el poder, lo que ha desencadenado protestas y disturbios en al menos 24 ciudades del país.
Türk enfatizó la importancia crítica del despliegue inmediato de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad en Haití, liderada por un contingente de 1000 efectivos de Kenia, aunque su formación se ha visto obstaculizada por trabas judiciales en Kenia. Este apoyo internacional es esencial para brindar seguridad a la población haitiana y apoyar a la Policía Nacional en su lucha contra la violencia de pandillas.
La situación económica de Haití también ha sido impactada negativamente por esta ola de violencia, con una inflación alta exacerbada por la extorsión y los bloqueos de carreteras, dejando a millones sin acceso a productos básicos y agravando la inseguridad alimentaria.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos concluyó su informe subrayando que, si bien es crucial abordar la violencia y mejorar la seguridad, la estabilidad a largo plazo en Haití solo se logrará enfrentando las causas profundas de la crisis: la pobreza, la discriminación social y económica, y la corrupción.
Publicación original de la agencia de noticias IPS