El accionar de los dominicanos hoy dista mucho de los del pasado.
Por José Francisco Peña Guaba
Hace pocos meses cumplí 60 años y, aunque mi primer voto fue en las elecciones de 1982, nací y me crié en un entorno político en donde aún tengo frescos los recuerdos vividos de todo lo que ha ocurrido aquí desde 1972 a la fecha, cuando apenas era un mozalbete.
Mi casa era un verdadero hervidero humano, a pesar de la represión durante los 12 años de la dictadura híbrida del balaguerato, vi desfilar por mi hogar a lo más granado de la sociedad política de la época, esos eran tiempos verdaderamente convulsos, donde los dirigentes políticos opositores se jugaban la vida por defender sus ideales.
Pero todo ha cambiado; el comportamiento electoral de nuestros nacionales no son los mismos que hace otrora años, aunque una gran parte de nuestra población siempre fue sumisa al poder, existía una juventud que, con su firmeza y bravura, llevaron sobre sus hombros el decoro de muchos.
El accionar de los dominicanos hoy dista mucho de los del pasado, quizás porque el clientelismo político en esta media isla está a su máxima potencia, y para una gran parte de las dirigencias partidarias, las campañas electorales son auténticas zafras económicas, donde casi todo se compra y casi todo se vende.
Procedo pues, a presentarles estimados lectores, una sinopsis del proceder electoral nacional.
1. En nuestro país la ciudadanía se decanta por quienes cree la gente de la calle que va a ganar, es por eso que los gobiernos insisten en crearse una aurora triunfalista, para tratar desestimular el voto en favor de las opciones opositoras, y es por ello, que los modernos hoy invierten miles de millones de pesos en publicidad, con la intención de fijar en el imaginario popular la percepción de un triunfo arrollador de la reelección;
2. El dominicano no nos gusta perder ni jugando belluga, por eso el efecto contagio que se produce al final de los procesos electorales, una mayoría del electorado se inclina por quién va a ganar, por eso son determinantes las alianzas, las encuestas, la asistencia a los mítines, pero decisivo aún más la opinión de la calle, de los de a pies, porque una opción electoral la solidifica,el pensar de los de abajo, simplemente porque estos son mayoría;
3. Las divisiones son causas de derrotas automáticas, porque se le ahuyenta de manera inmediata el electorado, favoreciendo siempre a los que muestran mayor unidad, los ejemplos sobran, para el año 1986, se percibía que su propio gobierno no apoyaba a Jacobo Majluta y perdió las elecciones, en los comicios delaño 1990, Bosch, Majluta y mi padre obtuvieron entre todos ellos un 64% de los sufragios y el doctor Balaguer con apenas un 35% de los votos se alzó nueva vez con el poder; en el 1996 la percepción creada por la unidad en segunda vuelta del PRSC-PLD afectó electoralmente el perredeísmo, pero, sin embargo, la división de los colorao´ y los morados para las elecciones del 2000 les dio ganancia de causa automática a Hipólito Mejía. La fisura interna de los blancos por la imposición de la reelección para el 2004 volvió a llevar a Leonel Fernández al solio presidencial. Desde ahí las constantes divisiones internas de la oposición perredeísta hasta el año 2016 mantuvo en el poder a los peledeístas, pero cuando el otrora hegemónico acorazado morado se dividió en las primarias del 2019, ahí fue que se construyó la victoria electoral en el 2020 de la oposición con Luís Abinader a la cabeza;
4. La incógnita para las próximas elecciones municipales es, cual será el relato que se impondrá, cual será el que comprará el electorado, si el de la victoria con minoría de votos de los candidatos uninominales a alcaldes y directores distritales del oficialismo o el de la mayoría de votos obtenidos de la coalición opositora, si se impone el del gobierno porque ganase más ejecutivos municipales eso podría afectar sensiblemente a las candidaturas de la oposición para los comicios de mayo, lo que obligaría a los verdes y morados a pactar un acuerdo desde la primera vuelta, pero si la oposición dividida en candidatos como se presenta actualmente en una gran cantidad de demarcaciones logra convencer al electorado de su supremacía electoral por obtener divididos mucho mayor cantidad de votos que la alianza oficialista, aquí habría indefectiblemente una 2da vuelta electoral porque la FP y el PLD irían a competir en mayo por la clasificación en la primera vuelta.
5. Para las elecciones hay que considerar que los recursos económicos seguirán jugando un papel preponderante, fue por ello que para las elecciones del 2020, el PRM hubo de agenciar recursos de “non sancto” origen para competir con el gobierno de entonces, el dinero del lavado y el narcotráfico compite con el del Estado, ejemplos sobran;
6. El gobierno del cambio cuenta hoy con el beneplácito de la mayoría de los integrantes de la oligarquía, solo que este apoyo de por si no es decisivo, sin embargo el de la clase media si lo es y está sumamente descontenta por el aumento del costo de la vida, será, a nuestro entender, esa clase la que determinará para esta ocasión quiénes ganarán las elecciones presidenciales;
7. Será un factor a tomar en cuenta para los comicios, el aumento porcentual de lo que se denomina el voto basura, que son los miles de electores que salen el día de las elecciones a los recintos electorales a venderle su voto a quién le ofrezca más, ese voto puede se captado tanto por el gobierno, como por aquellos de la oposición que tengan recursos disponible a borbotones, se considera que por lo menos existe en nuestro país un 10% de electores que tratarán de vender su voto (más de 600, 000 sufragios);
8. El oportunismo se ha apoderado de una gran parte del electorado,así como de un porcentaje significativo de la dirigencia política, estos no le son fieles a ningún partido, causa o candidato presidencial, sino a sus intereses particulares y cambian de opinión según la ecuación, la percepción triunfalista y los recursos hoy favorecen la reelección, si cambiase esos vientos como pudiese resultar, estos tratarían de buscar cobijo en la acera contraria;
9. El dominicano es sabichoso, oculta sus sentimientos y pensar para no afectarse en lo personal, así como también en muchos casos divide el apoyo y el voto de sus familiares y más cercanos entre la opción del gobierno y la oposición, solo para guarecerse ante cualquier resultado electoral, para no importando quién gane las elecciones caer parado; y
10. A nadie le gusta pelearse con los gobiernos, por lo cual a los funcionarios se le simula el apoyo, es por eso, que muchos sufren del “síndrome de Hubris”, creyéndose siempre ganadores, aquí se le hace culto al poder y más aún a la figura presidencial, pero eso solo se convierte en apoyo real si la tendencia electoral les favorece, de no ser así los electores en el momento que ellos creen adecuado, se expresan a favor entonces de la oposición.
Nuestro electorado es predecible si las condiciones infieren de uno u otro lado el apoyo de la mayoría o la percepción de este, el oportunismo campea por sus fueros y la fidelidad es escasa, las condiciones en el mundo de hoy han cambiado y para los gobernantes le es difícil hacerse reelegir, la tendencia en América en los últimos años es que los gobiernos están perdiendo las elecciones y la oposición la está ganando, pero, sin embargo, tengo que admitir que vivimos en una media isla muy especial, ¡¡¡la República Dominicana, donde el día más claro, llueve!!!