Sugieren que el flujo ilegal de armas de fuego de Estados Unidos es un problema que podría estar afectando a regiones enteras
Por agencia IPS
ANN ARBOR, Estados Unidos – Un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Michigan encontró que cuando Estados Unidos fabrica e importa más armas de fuego, las tasas de homicidios por ese tipo de armamento también aumentan en los países de América Central y el Caribe.
El investigador Eugenio Weigend Vargas dijo que “al analizar las tendencias de fabricación y de importación de armas de fuego en Estados Unidos, pudimos ver que esa disponibilidad estaba significativamente asociada con los homicidios relacionados con armas de fuego en América Central y el Caribe”.
Esos hallazgos “sugieren que el flujo ilegal de armas de fuego de Estados Unidos es un problema que podría estar afectando a regiones enteras”, agregó Weigend Vargas, becario postdoctoral en el Instituto para la Prevención de Lesiones por Armas de Fuego de la universidad, en esta ciudad del norte estadounidense.
Para comprender el efecto de la fabricación e importación de armas de fuego de Estados Unidos en los homicidios de otros países, el instituto examinó el Estudio de la Carga Global de Enfermedades, que estima mortalidad y tasas de más de 360 enfermedades y lesiones por cada 100 000 personas en más de 200 países.
También utilizó el Informe 2021 del estadounidense Buró de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), sobre el comercio de armas de fuego en Estados Unidos.
El análisis mostró que entre 1991 y 2019, a medida que la fabricación anual de armas de fuego en Estados Unidos aumentaba en un millón de unidades, América Central y el Caribe veía un incremento de 1,42 homicidios por cada 100 000 personas.
Eso se traduce en aproximadamente 3020 homicidios relacionados con armas de fuego por cada millón de ese tipo de armas en el mercado de Estados Unidos.
El estudio también encontró que no había una asociación entre el aumento de la producción de armas de fuego y los homicidios no relacionados con ese tipo de armas, una indicación de que la relación es específica para los homicidios que involucran armas de fuego.
Tanto la fabricación como la importación de armas de fuego crecieron en Estados Unidos a mediados de la primera década de este siglo, y la hipótesis de los investigadores es que esos aumentos correspondieron a mayor tráfico internacional y más homicidios con ese tipo de armas en el extranjero.
Las tasas de homicidios con armas de fuego en los países de América Central y el Caribe aumentaron de 8,38 por 100 000 habitantes en 2004 a 17,55 por 100 000 habitantes en 2012, y se mantuvieron estables a partir de entonces.
Esos aumentos coincidieron con incrementos en la fabricación e importaciones de armas de fuego en Estados Unidos, de 4,99 millones en 2004 a 13,12 millones en 2012.
El análisis ajustado mostró que un aumento anual de un millón de armas de fuego fabricadas o importadas en Estados Unidos correspondió a un aumento anual de 1,42 homicidios con armas de fuego por cada 100 000 habitantes en países de América Central y el Caribe.
Los homicidios sin armas de fuego se mantuvieron aproximadamente constantes entre 1991 y 2019.
En el mundo hay al menos 857 millones de armas de fuego en manos de civiles, según un estudio de la red Acción Internacional sobre Armas Pequeñas (Iansa en inglés), y de ellas 393 millones están en manos de estadounidenses.
De las armas incautadas en América Central en 2020, habían sido fabricadas o importadas por Estados Unidos 68 % de las incautadas en México, 37 % de las de Guatemala, 53 % de las de El Salvador, y 57 % de las de Honduras y Panamá, según el ATF. Asimismo, 98 % de las incautadas en Bahamas, 87 de las de Haití, 74 % de las de República Dominicana, 67 % de las de Jamaica, y 52 % de las de Trinidad y Tobago.
De su parte, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito da cuenta de que anualmente se incautan al menos 550 000 armas de fuego en todo el mundo.
De las armas incautadas en América Central en 2020, habían sido fabricadas o importadas por Estados Unidos 68 % de las incautadas en México, 37 % de las de Guatemala, 53 % de las de El Salvador, y 57 % de las de Honduras y Panamá, según el ATF.
Asimismo, 98 % de las incautadas en Bahamas, 87 de las de Haití, 74 % de las de República Dominicana, 67 % de las de Jamaica, y 52 % de las de Trinidad y Tobago.
El gobierno de México se ha querellado contra empresas estadounidenses en tribunales del país vecino, acusándolas de prácticas comerciales negligentes, pues tendrían estrategias deliberadas de mercadeo y diseño de productos para ser atractivas para los grupos criminales y beneficiarse del tráfico ilegal.
La lista de empresas demandadas incluye a las marcas más populares entre los carteles delictivos mexicanos, tales como Smith & Wesson, Barrett, Beretta, Glock, Colt’s y Ruger.
Las empresas se refugiaban en la Ley de Protección al Comercio Legal de Armas, aprobada por Estados Unidos durante la presidencia de George W. Bush (2001-2009), pero el pasado 23 de enero la Corte de Apelaciones del Primer Circuito en el estado de Massachusetts decidió que México sí puede demandar a los fabricantes.