Los beneficios económicos de la transición incluirían ganancias de 2700 millones de dólares para 2050 y una mayor empleabilidad “verde”.
Por Jesús Vasquez
Santo Domingo, 6 de marzo de 2024.-República Dominicana cerró el 2023 con la histórica cifra de que 18 % de su generación eléctrica provenía de fuentes renovables, acercándose más a la meta de alcanzar un 25% hasta 2025, como lo establece la Ley 57-07 de Energías Renovables.
A pesar de los avances, el aumento persistente y constante de las emisiones amenaza la meta de neutralidad climática del país, como muestra un informe publicado por el Banco Mundial en noviembre de 2023.
El mismo informe afirma que “la descarbonización puede mejorar la resiliencia de la economía“, alterando el escenario actual de “fuerte dependencia de las importaciones de combustibles”, señalada como una de las principales “fuentes de riesgo y potencialmente de inestabilidad de precios”.
El análisis del Banco Mundial señala cuán vulnerable es la República Dominicana al cambio climático, y resume que “las acciones de mitigación reducirán la contaminación, mejorarán la protección de la biodiversidad, mejorarán la salud pública y contribuirán a la creación de empleos verdes”.
A esto se suman otros análisis, como un informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), publicado en noviembre de 2023, que indica que, en un escenario de energías renovables, la empleabilidad del sector en América Latina y el Caribe sería mucho más alta.
Actualmente, cerca de 2 % de la mano de obra de la región se concentra en el sector energético. Si se cumplen los compromisos de transición firmados por los países, esta cifra podría aumentar en un 15% para 2030.
El análisis del Banco Mundial señala cuán vulnerable es la República Dominicana al cambio climático, y resume que “las acciones de mitigación reducirán la contaminación, mejorarán la protección de la biodiversidad, mejorarán la salud pública y contribuirán a la creación de empleos verdes”.
Y en paralelo, según el último estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la organización Climate Lead Group, si República Dominicana decide a partir de hoy sustituir la producción a carbón por energía eólica y solar con almacenamiento evitaría en promedio 140 millones de toneladas de CO2e.
De acuerdo al análisis, la industria eléctrica tendría ganancias de 2,700 millones de dólares para 2050 con una matriz basada en energía renovables.
Alfonso Rodríguez, viceministro de Ahorro Energético Gubernamental, detalla que el impacto de las energías renovables en el sector ya es una realidad para las distribuidoras.
“En términos de las finanzas de las distribuidoras, se han beneficiado porque se ha contratado más barato en energías renovables que en la energía térmica que ellos están comprando”, puntualiza.
A pesar de esto, República Dominicana todavía enfrenta desafíos estructurales, y apuesta a corto plazo por el gas – lo que “mejora” el escenario frente al uso de petróleo, pero todavía significa más emisiones de CO2 y menos ganancias económicas en comparación con una transición directa a renovables.
Un camino para el desarrollo económico
De acuerdo al análisis del BID, la industria eléctrica tendría ganancias de 2700 millones de dólares para 2050 con una matriz basada en energía renovables. Según las proyecciones, la sustitución de la producción a carbón por eólica y solar con almacenamiento es la opción más rentable para el país en los próximos 27 años.
Asimismo, la transición a un sistema renovable evitaría comprar combustibles fósiles, reduciendo así la salida de divisas del país.
La generación a base de energía eólica y solar es el panorama de mayor producción de empleos de los analizados. Según el informe, este escenario habría creado un total de casi 160,000 empleos directos adicionales al 2050, el doble de la población ocupada por el sector energía, gas y agua, de acuerdo con los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas de la República Dominicana en 2021.
El modelo utilizado para esta medición indica que la mayoría de los empleos se generaría en la etapa de construcción e instalación de parques solares y eólicos, además de que crearía alrededor de 32 000 empleos directos más que el escenario de gas fósil (conocido también como “gas natural”).
La salud es otro de los aspectos que se verían beneficiados de la sustitución de la generación a carbón. Este impacto se estima en 1500 millones de dólares al reducir la relación entre el actual modelo de matriz eléctrica e indicadores como la absorción de contaminantes, tasas de mortalidad por enfermedades como infartos, enfermedades pulmonares obstructivas, enfermedad cardiovascular isquémica, cáncer de pulmón, entre otras.
La transición a un sistema renovable evitaría comprar combustibles fósiles, reduciendo así la salida de divisas del país.
El análisis también simula un escenario económico en caso de que el país invierta en gas, un combustible fósil. El escenario brindaría un beneficio de 2300 millones de dólares, es decir, 500 millones menos que el escenario de energías renovables.
Si se mantiene la matriz eléctrica predominante (a base de carbón) las ganancias del sector serían de 1300 millones, la menor ganancia económica en todos los escenarios diseñados.
En el estudio del BID se considera que la transición “será posible gracias a la expansión del almacenamiento y la generación térmica flexible que complemente las fuentes de energía renovable variable”.
El texto recomienda que “estos pasos iniciales, deben ser liderados por el Ministerio de Energía y Minas con la participación de otros actores clave del sector, para sentar las bases de una transición lejos del carbón a medio y largo plazo”, reconociendo que “la implementación de estas recomendaciones no estará exenta de desafíos”.
“Los retos que tiene actualmente la transición energética en República Dominicana actualmente son dos: redes de transmisión y la incorporación de sistemas de almacenamiento, que son los mismos retos que tienen todos los países del mundo”, explica Rodríguez.
Reducción de emisiones, pero inversión en fósiles
De acuerdo con el último informe de Adei (Asociación Dominicana de la Industria Eléctrica), la capacidad instalada total del Seni fue de unos 5618 megavatios (MW). De estos, unos 4020 MW son de origen convencional, representando 72 % del total general. El 28 % restante, es decir 1598 MW, corresponde a fuentes renovables
La asociación declaró que “espera que para el año 2024 se incremente la capacidad de producción” de renovables, “esto sustentado en unos 14 parques renovables que se encuentran en construcción en la actualidad”.
La proyección nacional de lograr la carbono neutralidad del país a 2050 está contemplada en el proyecto de cooperación triangular para la planificación del sector energético, firmado en 2022 por el gobierno de República Dominicana, Chile y la Sociedad Alemana de Cooperación Internacional (GIZ).
Rodríguez confía en que el país alcanzará los objetivos establecidos. “Nosotros somos el único país del Caribe y de Centroamérica que va a cumplir sin ningún problema con sus metas de NDC (Contribución Nacionalmente Determinada) a las que se comprometió en 2015 y no porque se haya trabajado desde ese momento, por lo que se ha hecho desde 2020 a la fecha”, afirma.
A pesar de eso, aunque las autoridades nacionales han intensificado los esfuerzos de contribuir con el desarrollo de las energías renovables, la predilección por la generación a gas y carbón impera en el sector.
De acuerdo a la política gubernamental, el gas es necesario como combustible de transición porque es una forma de garantizar el servicio eléctrico continuo frente al impacto constante de eventos meteorológicos y fenómenos naturales.
“Hacer una transición directa tiene sus riesgos y nosotros somos un sistema eléctrico aislado -por nuestra condición de isla- y por eso necesitamos tener un combustible de transición”, enfatizó Rodríguez.
Otra razón expuesta por el viceministro es que en el pasado la tecnología de almacenamiento para la generación eléctrica renovable no se había desarrollado lo suficiente. Fue en diciembre de 2023 que el país inició su primer proyecto de energía fotovoltaica con un sistema de almacenamiento de 30 MW.
Rodríguez defiende que la descarbonización se da de manera “orgánica” como consecuencia de una serie de implementaciones contra el cambio climático.
En 2019, un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) destacó la importancia de la descarbonización para alcanzar la NDC y reducir a 9,85 millones de toneladas de dióxido de carbono las emisiones del sector eléctrico al año 2030.
El documento destaca la necesidad de construir políticas públicas orientadas hacia una transición verde, ya que este proceso representa la mejor vía para garantizar la sostenibilidad de la industria a lo largo del tiempo.
“Alcanzar escenarios de mitigación importantes en el sector eléctrico que son claves para cumplir con las metas de mitigación establecidas en la NDC de República Dominicana, requiere de realizar transformaciones estructurales en el sector que conlleven a un intenso proceso de descarbonización”, reza el texto.
El vicepresidente del Consejo Nacional para el Cambio Climático y Mecanismo de Desarrollo Limpio, Evérgito Peña Acosta, en la presentación de este mismo documento, explica la importancia de la descarbonización.
“Existe certeza científica de que el cambio climático amenaza la estabilidad, prosperidad y sostenibilidad de los países y los ecosistemas, y particularmente los estados insulares como la República Dominicana”, expresó el especialista. “Es de suma importancia que los sectores de la vida nacional desarrollen estrategias e iniciativas eficientes para reducir las emisiones”, finaliza.
Este artículo se elaboró con el apoyo de Climate Tracker América Latina. Publicado por IPSnoticias.net