Asegura que desde que asumió el cargo el PIB estadounidense ha aumentado, mientras que el déficit comercial con China ha caído
MADRID, 8 de marzo de 2024.-El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha sostenido este jueves durante su discurso del Estado de la Nación que no quiere "conflicto" con China, sino "competencia", a diferencia de su predecesor, el expresidente Donald Trump, con quien se espera que se enfrente en las elecciones presidenciales de noviembre por la carrera de la Casa Blanca.
"Durante años, lo único que he oído decir a mis amigos republicanos y a tantos otros es que China está en auge y Estados Unidos se está quedando atrás. Lo han entendido al revés. América está creciendo", ha afirmado desde el palco de la Cámara de Representantes, en el edificio del Capitolio.
Así, ha declarado que el país tiene "la mejor economía del mundo" y ha asegurado que desde que asumió el cargo el PIB estadounidense ha aumentado, mientras que el déficit comercial con China ha caído al punto más bajo en una década, al ubicarse en 279.000 millones de dólares (255.000 millones de euros) en 2023, si bien la reducción de esta brecha se debe a la inflación, que ha alejado a los consumidores de las compras de productos que se fabrican principalmente en el gigante asiático, como la electrónica.
Por otro lado, ha hecho hincapié en que se opone a "las prácticas económicas injustas de China" y ha defendido "la paz y la estabilidad a través del estrecho de Taiwán". También ha subrayado que ha revitalizado las asociaciones y alianzas en el Pacífico.
"Francamente, a pesar de todas sus duras palabras sobre China, a mi predecesor nunca se le ocurrió hacer eso. Queremos competencia con China, pero no conflicto. Y estamos en una posición más fuerte para ganar la competencia por el siglo XXI contra China o cualquier otro país", ha manifestado.
Washington y Pekín se encuentran realizando esfuerzos para rebajar las tensiones entre ambos, a través de Biden y su homólogo chino, Xi Jinping, que acordaron recientemente sus altibajos durante unas conversaciones "constructivas y productivas". Las relaciones bilaterales se vieron afectadas, principalmente, después de varios viajes de altos funcionarios estadounidenses a la isla de Taiwán y al presenciar un supuesto globo espía chino en el espacio aéreo de Estados Unidos.