Un análisis profundo explora la relación entre igualdad de género, determinantes sociales y violencia en la salud
Viernes, 8 de marzo de 2024.-La igualdad de género no solo es un tema social y político, sino que también tiene un impacto significativo en la salud de una nación como indica el estudio 'Determinantes Sociales de la Salud: abordaje desde la visión de la sociedad civil', publicado por el Consejo General de Colegios Farmacéuticos (CGCF) de España.
La investigación, recogida por Eurpa Press, destaca que a medida que aumenta el nivel de igualdad de género, se observa una mejora en indicadores de salud clave, como la esperanza de vida ajustada por discapacidad, no solo para las mujeres, sino para toda la población.
Este estudio revela que los patrones tradicionales de masculinidad, que a menudo están vinculados a decisiones perjudiciales para la salud, podrían explicar en parte este fenómeno. A pesar de que España ocupa el sexto lugar en el Índice Europeo de Igualdad de Género, ciertos aspectos, como la situación financiera y laboral, sugieren áreas de mejora.
En el ámbito laboral, las mujeres experimentan una mayor precariedad, con empleos de jornada parcial, temporalidad y un salario medio anual considerablemente inferior al de los hombres. Esta disparidad afecta directamente a la salud, ya que la precariedad laboral se asocia con peores condiciones físicas y mentales.
El papel de cuidador principal, asumido en su mayoría por mujeres, también impacta significativamente en la salud. La falta de apoyo y la percepción de la mujer como cuidadora por obligación moral contribuyen a esta dinámica. Además, la asunción de este rol se presenta como la principal razón por la cual las mujeres en España optan por no desempeñar empleos a jornada completa.
La investigación destaca que a medida que aumenta el nivel de igualdad de género, se observa una mejora en indicadores de salud clave
El estudio subraya que la mayoría de las cuidadoras informales pertenecen a estratos socioeconómicos bajos y carecen de redes de apoyo, perpetuando así desigualdades en salud vinculadas al género y al estatus socioeconómico.
En el ámbito de la investigación médica, persiste un sesgo de género en los ensayos clínicos, donde las mujeres entre 18 y 35 años suelen ser excluidas debido a variaciones hormonales. Esta exclusión socava la generación de conocimiento sobre la salud de las mujeres y refuerza la necesidad urgente de su participación en estos estudios.
Además, el texto aborda las graves implicaciones de la violencia de género en la salud a corto, medio y largo plazo. Los abusos sexuales y la violencia física generan problemas inmediatos, como fracturas y embarazos no deseados, pero también contribuyen a problemas de salud a largo plazo, como enfermedades gastrointestinales, dolores crónicos y pérdida de memoria.
Las víctimas la violencia de género enfrentan un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, como infartos e ictus, así como problemas de salud mental, incluyendo ansiedad, depresión y estrés postraumático.
En conclusión, este análisis destaca la compleja intersección entre igualdad de género y salud, subrayando la necesidad de medidas integrales para abordar y mitigar estas disparidades en todos los niveles de la sociedad.