El mandatario salvadoreño plantea un plan de acción condicionado a la aprobación de la ONU y la cooperación de Haití.
San Salvador, El Salvador – En un contexto de creciente inseguridad en Haití, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha ofrecido su visión y apoyo para contrarrestar la ola de violencia que asola la nación caribeña. A través de su cuenta en la red social X, anteriormente conocida como Twitter, Bukele ha declarado que tiene la capacidad de "arreglar" la situación de seguridad en Haití, que se ha deteriorado significativamente en las últimas semanas.
En medio de este caos, uno de los líderes criminales más notorios de Haití, Jimmy Chérizier, conocido como 'Barbecue', ha desafiado abiertamente al primer ministro Ariel Henry, amenazando con sumir al país en una guerra civil si no renuncia. Este panorama se inscribe en una crisis de seguridad profunda, agravada desde el asesinato del presidente Jovenel Moise en 2021.
Bukele, cuyo gobierno ha sido reconocido por sus polémicas pero efectivas estrategias de seguridad interna en El Salvador, señala que para implementar un plan similar en Haití, serían necesarias tres condiciones: una resolución de apoyo del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el consentimiento explícito del gobierno haitiano y el financiamiento cubierto para todas las operaciones de la misión.
La propuesta de Bukele llega en un momento crítico para Haití, que se enfrenta a un vacío de poder y a una crisis humanitaria que demanda respuestas urgentes y efectivas. Sin embargo, la viabilidad de su implementación depende de la cooperación internacional y del consenso dentro de Haití, factores que históricamente han representado desafíos significativos.
El ofrecimiento del presidente salvadoreño subraya la importancia de la solidaridad regional y la cooperación internacional en la lucha contra la violencia y la inestabilidad en América Latina y el Caribe.
Resta esperar la respuesta de la comunidad internacional y del gobierno haitiano ante esta propuesta, que podría marcar un precedente en la forma en que los países de la región abordan la seguridad y la gobernanza en medio de crisis profundas.