Hacia un futuro seguro y digno: activistas y organizaciones exigen acciones concretas.
Santo Domingo.- En una movilización celebrada este domingo 10 de marzo, cientos se congregaron en el Parque Anacaona para conmemorar el Día de las Mujeres, un evento que trascendió la celebración para convertirse en un poderoso clamor por reformas legislativas y políticas públicas que aseguren una vida digna, segura y con plenos derechos para las niñas y mujeres. En el corazón de las demandas, resonó un llamado a la ciudadanía: votar con conciencia y responsabilidad en las inminentes elecciones presidenciales y congresuales.
Las voces de la movilización, lideradas por organizaciones y activistas, articulan un amplio espectro de exigencias, desde la regularización del trabajo doméstico hasta la imperativa ratificación del convenio 190 de la OIT sobre acoso y violencia laboral. Además, subrayan la necesidad de fortalecer las políticas de cuidado, crucial para la inserción laboral femenina, y abogaron por una educación que desmonte las estructuras patriarcales, raciales y clasistas.
Las demandas no se detienen ahí: exigen la aprobación de legislaciones estancadas que son vitales para garantizar la seguridad y dignidad femenina, incluyendo un Código Penal que contemple el aborto en tres causales específicas y tipifique el feminicidio, así como leyes integrales contra la violencia de género. También apelan por el reconocimiento de las especificidades de género en leyes sobre trata, migración, electoral, medioambientales y más.
El manifiesto culminó con una reflexión contundente: lo personal es político. Este principio subraya la influencia directa de las decisiones políticas en la vida cotidiana de las mujeres, invitando a la ciudadanía a ejercer su voto no solo como un derecho, sino como un acto de responsabilidad hacia el futuro colectivo.
El evento también fue escenario de conmovedores testimonios, como el de Omar Solís, hermano de Paula Santana, víctima de violencia de género, cuyo caso se convirtió en símbolo de la lucha contra el acoso laboral y la impunidad. Además, las manifestantes extendieron su solidaridad a las mujeres en zonas de conflicto, denunciando injusticias y genocidios, como el sufrido por las mujeres palestinas.
Esta movilización marca un momento crucial en la lucha por los derechos de las mujeres en República Dominicana, evidenciando no solo la urgencia de reformas legislativas y políticas, sino también la fortaleza de una sociedad que se une para demandar cambio y justicia.