Esto lo podemos comprobar en la forma en cómo nos describe con tanto acierto cada una de las distancias que va recorriendo antes de su llegada a Guanahaní.
Por María del Carmen Cruz Canela
¡Tierra, tierra!
Con estas sencillas palabras dichas por el marinero Rodrigo de Triana, en la madrugada del 12 de octubre de 1492, se dio la bienvenida a lo que mucho tiempo después se denominaría el Nuevo Mundo, un nuevo continente que no tenía nada que ver con las Indias, lugar que se tenía planeado llegar.
Pero la historia no termina aquí, pues el personaje principal al que todos conocemos como Cristóbal Colón nos describe en su “Diario de a bordo”, cada una de las hazañas que ocurrieron antes, durante y después de dicho encuentro. Y es que desde niña siempre me habían enseñado que el Almirante emprendió su viaje el 3 de agosto de 1492 desde el Puerto de Palos, España con el fin de llegar a las Indias desde una ruta nunca antes vista, el Occidente, pues cuando se realizaban estos viajes siempre sucedían desde tierra, hacia Oriente. Pero al leer las páginas de este maravilloso libro, que, a pesar de ser narrado en tercera persona, no por ello deja fuera los pensamientos del Almirante, pude darme cuenta de que antes de él incluso marcharse de España tenía bien claro que no era la India el lugar que sería su destino.
Esto lo podemos comprobar en la forma en cómo nos describe con tanto acierto cada una de las distancias que va recorriendo antes de su llegada a Guanahaní, actualmente San Salvador. Lo que, a su vez, me hace dudar, debido a las diversas manos que han relatado este libro, de si en verdad el Almirante era muy bueno en conocer su localización o si todo esto es una invención de los copistas. Aun así, admiró la manera en cómo el libro describe cada una de las islas del Nuevo Mundo y no dudó de las otras ideas que me expresa con respecto al Almirante y su tripulación. En especial cuando nos relata que a su llegada los indios intercambiaban lo que poseían por cosas de poco valor, lo que les hacía pensar a los europeos que eran personas fáciles de convencer e incluso engañar, pero la realidad era otra, pues los indios las recibían felices por el simple hecho de que creían que estos marineros venían del cielo y era necesario guardar todas estas cosas como recuerdo.
Por otro lado, nuestra isla formó parte de esta gran historia, la cual siempre se ha destacado por la gran dulzura que les muestra a sus visitantes, uno de los puntos que considero que hemos heredado de nuestros antecesores. Por eso, no me sorprende que cuando los europeos llegaran a nuestra isla fueran recibidos de tan buena forma y es que la misma a la cual conocía como Quisqueya y que gracias a la lectura aprendí que era llamada Bohío (porque los taínos llamaban a sus casas de esta forma), o Babeque (porque la tierra tenía mucho oro), es descrita por el Almirante como la más bella de todas, tanto por sus habitantes como por su tierra, a tal punto que llega a nombrarla como la Española porque considera que es la que más se parece a España, convirtiéndose más adelante, en el alojamiento de gran parte de su tripulación y en donde tuvo un contacto más cercano con la gente, en especial con el soberano del pueblo. Lo que me llena de felicidad y a la misma vez de tristeza ya que los indígenas eran un pueblo noble y pacifico, que decidieron darles entrada a unos extranjeros que en nada se parecían a ellos y quienes al final decidieron acabar trágicamente con sus vidas.
Porque los europeos con su afán insaciable de buscar el oro, no les importó destruir la vida de toda la isla, sin tomar en cuenta, la buena forma en que fueron recibidos, lo que me recuerda que la codicia y el amor al dinero es uno de los más grandes enemigos del ser humano, pues no tiene límites cuando se trata de conseguir lo que quiere. Debido a que, el oro que llegaron a encontrar no fue nada comparado con el gran daño que dejaron, ya que no les importó matar a miles de inocentes con tal de recibir un beneficio. Lo que me lleva a reflexionar sobre si los supuestos salvajes serían los indios o los europeos, estos últimos identificados como cristianos quienes olvidaron mostrar el verdadero amor de Dios con sus semejantes.
Pero esto no me sorprende, pues no existía respeto entre ellos, pues la historia nos relata cómo incluso los mismos tripulantes en medio de su viaje estaban a favor de matar al Almirante o de alguna manera desaparecerlo, parte que me generó mucha risa por la manera en cómo se relata, ya que parece como que estuvieras leyendo un libro de ficción y más aún infantil, porque cómo se les puede ocurrir echarlo al mar y luego decir que se había caído mientras veía las estrellas. Aunque no es algo que se pueda juzgar ya que cuando nuestra vida corre riesgo no tomamos muy en cuenta las consecuencias futuras de nuestras acciones con tal de salvarla. Entonces me imagino lo cuán agradecido que debe haberse sentido Colón con Dios de encontrar tierra porque si no el puesto del Descubridor de América hubiese pasado a otro, pues a medida que pasaban los días, el Almirante iba perdiendo más el respeto, y a pesar de que conocía estas malas intenciones contra él y les amenazaba con que serían castigados por el cielo si impedían el viaje, esto no le duraría mucho. Así que fue el más beneficiado una vez se descubrió tierra por el hecho de que esto marcó un antes y después en su vida, pues pasó de vivir bajo constantes amenazas a ser un ser elogiado, ya que una vez llegaron a tierra firme, todos le pidieron perdón e incluso cuando regresó a Europa dejó de ser un Don Nadie para luego convertirse en el descubridor que incluso fue honrado por los propios reyes españoles.
En definitiva, el viaje a las Indias desde una nueva ruta nunca fue parte del plan principal del Almirante, a pesar de que les hizo creer eso a todos. Además, la manera en cómo redacta el diario nos demuestra que muchas veces no explicaba la realidad por temor a dañar su empresa, pues escribió el diario para los Reyes y no para sí mismo, entonces debía redactar a favor y no en contra de la situación. Por último, me hubiese gustado conocer qué pasó con los indios que llevó a Europa, pero el libro no da muchos detalles, entonces tendré que investigarlo por otras fuentes. Aun así, admiró su destreza y perseverancia en adentrarse a un lugar desconocido por su lugar de procedencia, ya que este nuevo descubrimiento marcó un antes y después en la historia del mundo, el cual sigue teniendo un gran valor en nuestros días.