Revela un cambio global hacia la facilitación de visados, potenciando el resurgimiento del turismo internacional
MADRID– En un acontecimiento sin precedentes que marca el comienzo de una nueva era para los viajeros internacionales, la Organización de las Naciones Unidas para el Turismo (anteriormente conocida como Organización Mundial del Turismo, OMT) ha divulgado datos que evidencian un retorno a la normalidad en la emisión de visados, similar a las cifras previas a la crisis sanitaria desencadenada por la COVID-19 hace cuatro años.
Esta transformación refleja una disminución significativa en la dependencia de los visados tradicionales. La proporción de individuos que requieren este tipo de documentación para viajar ha experimentado una caída notable: desde un 77 % en 2008 a un 59 % en 2018, y alcanzando el 47 % en 2023. Este descenso pone de manifiesto una tendencia global hacia la facilitación de la movilidad internacional, permitiendo que un mayor número de personas explore el mundo con menos barreras burocráticas.
El panorama actual de la política de visados muestra un incremento en la cantidad de viajes que no requieren de visado alguno. Actualmente, el 21 % de la población mundial goza de la libertad de viajar sin este requisito, un aumento en comparación con el 17 % en 2008 y el 20 % en 2018. Este cambio promueve una mayor accesibilidad y conexión entre diversas culturas y economías.
- Si Además, se ha observado un crecimiento en la oferta de visados a la llegada, con un 14 % de la población mundial teniendo la opción de solicitar su visado al momento de entrar al país de destino. Esto supone un avance respecto al 6 % en 2008 y se mantiene en línea con el 15 % en 2018, facilitando aún más el proceso de viaje para los turistas internacionales.
Los visados electrónicos también han visto un incremento en su adopción, con un 18 % de la población mundial ahora capaz de solicitarlos, en comparación con solo un 3 % en 2013 y un 7 % en 2018. Esta modalidad representa una alternativa cómoda y eficiente, reduciendo los tiempos de espera y simplificando los trámites necesarios para cruzar fronteras internacionales.
El levantamiento de las restricciones de viaje y la adopción de políticas más abiertas en cuanto a visados son un testimonio del esfuerzo global por reactivar el sector turístico, duramente golpeado por la pandemia.
Las innovaciones introducidas durante este período, como los visados para nómadas digitales, reflejan una adaptación a las nuevas realidades del trabajo y el ocio, ofreciendo oportunidades para aquellos que desean combinar su vida laboral con el deseo de explorar nuevos destinos.
El informe de ONU Turismo detalla estas tendencias por regiones, destacando a Asia y el Pacífico por tener la puntuación de apertura más alta a nivel mundial.
Las políticas de visados se han vuelto particularmente permisivas en áreas como el Sudeste Asiático, África Oriental y el Caribe, mientras que regiones como África del Norte y Central, América del Norte y Europa Septentrional y Occidental mantienen políticas más restrictivas.
La flexibilización en la política de visados juega un papel crucial en el fomento del turismo, como demuestra el impresionante aumento de turistas internacionales, que alcanzó los 1286 millones en 2023. Esta cifra no solo representa un aumento del 34 % respecto al año anterior sino que también señala una recuperación del 88 % de los niveles de turismo previos a la pandemia.
Con vistas al futuro, ONU Turismo proyecta que el turismo internacional podría no solo igualar sino superar los niveles prepandémicos en 2024, impulsado por una demanda robusta. Este optimismo está fundamentado en las mejoras continuas en las políticas de visados, que incluyen una mayor integración de las perspectivas turísticas, programas específicos de exención de visado para mercados de bajo riesgo y la ampliación de los servicios de visado a la llegada.
La claridad en la comunicación de las políticas de visado, junto con procesos simplificados y tiempos de tramitación optimizados, se consideran esenciales para mejorar la experiencia de los visitantes. Estas medidas no solo facilitan el acceso de los viajeros internacionales sino que también sirven como un motor de crecimiento para las economías locales, marcando el comienzo de una nueva fase de apertura y conexión global en el post-pandemia.