República Dominicana, Jamaica, Las Bahamas y Estados Unidos han implementado estrategias de contención de inmigrantes haitianos.
Santo Domingo. – Mientras países del Caribe adoptan medidas para frenar el flujo de inmigrantes haitianos que huyen de la violencia y ek hambre imperante en esa nación caribeña, Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), ha apelado a la protección de estos debido al rápido deterioro de la situación.
La ACNUR ha llamado a los Estados a cumplir con las obligaciones al respecto y, por ejemplo, y evitar las deportaciones en el actual contexto, en tanto que Jamaica, Las Bahamas, incluso Estados Unidos han adoptado medidas, como el bloqueo marítimo para impedir la llegada de refugiados.
La crisis ha motivado a países como Jamaica, Las Bahamas y los Estados Unidos a implementar estrategias de contención, incluido el bloqueo marítimo, para regular el flujo de refugiados. De manera similar, la República Dominicana ha intensificado la seguridad en sus fronteras terrestres, marítimas y aéreas, en un esfuerzo por controlar la entrada de inmigrantes, que actualmente se estima incluyen alrededor de dos millones de haitianos en su territorio.
La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha emitido un firme llamamiento a la comunidad internacional, instando a los países del Caribe y más allá a tomar medidas decisivas para proteger a los refugiados haitianos que huyen desesperadamente de la violencia endémica y el hambre que asolan su nación.
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Con un enfoque en la solidaridad global, la ACNUR apela a las naciones a adherirse estrictamente a sus obligaciones internacionales, subrayando la importancia de suspender las deportaciones en el tenso contexto actual.
La directora de la oficina de ACNUR para Protección Internacional, Elizabeth Tan, ha resaltado en un comunicado la precaria situación de los haitianos, cuyas vidas, seguridad y libertad están amenazadas por la violencia de bandas y las violaciones de los derechos humanos. Con 11,4 millones de personas en Haití requiriendo asistencia humanitaria, el llamado a la acción es más apremiante que nunca.
En este contexto, la ACNUR insiste en que es "imperativo" que los haitianos que requieran protección internacional la reciban, lo que incluye prevenir las devoluciones forzosas y considerar de manera justa las solicitudes de asilo. Los activistas, periodistas, jueces, abogados y cualquier persona en peligro debido a la violencia relacionada con grupos armados deben recibir atención prioritaria.
Hasta mediados de 2023, la ONU había documentado 312.000 haitianos como refugiados y solicitantes de asilo globalmente. Sin embargo, en meses recientes, se ha observado una tendencia alarmante hacia el incremento de migraciones a través de rutas peligrosas en las Américas, lo que destaca la necesidad de una respuesta y enfoque regional coordinados.
Adicionalmente, la organización no gubernamental World Vision ha expresado su profunda preocupación por las condiciones en Haití, donde las restricciones de movimiento, el cierre de comercios y la escasez de suministros están exacerbando una situación de hambre ya crítica. La infancia resulta ser la más afectada, y el restablecimiento de condiciones de seguridad se hace imperativo para prevenir un deterioro aún mayor en las condiciones de vida y un aumento en los flujos migratorios irregulares de aquellos que huyen de la extrema pobreza y el hambre.
World Vision también advierte sobre el riesgo de un aumento en la violencia sexual contra niñas y mujeres, y el impacto devastador en servicios esenciales como la educación y la sanidad, agravados por el hambre y la violencia.
Este panorama demanda una respuesta inmediata y coordinada de la comunidad internacional, enfatizando la necesidad de proteger a los más vulnerables y asegurar una vida digna para todos, independientemente de su lugar de origen. La crisis en Haití no es solo un recordatorio de nuestras responsabilidades compartidas, sino también una oportunidad para reafirmar nuestro compromiso con la humanidad.