Según la Unctad, el primer trimestre de 2024 sugiere una mejora continua del comercio mundial, y la mejora del crecimiento económico.
Por agencia IPS
GINEBRA, 21 de marzo de 2024.- Las perspectivas para el comercio en 2024 son positivas, y la demanda de bienes ambientales, especialmente automóviles eléctricos, desempeñará un papel crucial en el impulso del crecimiento, indicó en un informe este jueves 21 la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad).
Las cifras preliminares indican una contracción de tres por ciento, un billón (millón de millones) de dólares en el comercio mundial en 2023, pero a distancia del retroceso de 32 billones de dólares que experimentó en 2022.
Entre las razones de la merma el año pasado figuraron una demanda moderada de bienes en los países desarrollados y un comercio más débil dentro de las regiones de Asia oriental y América Latina, pero el comercio de servicios mostró resiliencia.
El comercio de bienes disminuyó 5 %, equivalente 1,3 billones (millones de millones) de dólares, en comparación con 2022, pero en el sector de servicios creció ocho por ciento más que el año anterior, un aumento 500 000 millones de dólares.
El cuarto trimestre de 2023 marcó una diferencia con respecto a períodos anteriores, y tanto el comercio de mercancías como el de servicios se estabilizaron trimestre tras trimestre. Los países en desarrollo, especialmente los de África, y Asia oriental meridional, experimentaron un crecimiento del comercio durante ese último lapso.
La previsión de la Unctad es que el comercio de servicios crezca 2,9 % en el primer trimestre de 2024, y el de bienes hasta tres por ciento.
Entre las principales economías, a finales de 2023 creció el comercio de bienes en India y China (cinco por ciento en cada caso), mientras disminuía en la Unión Europea y el Rusia, país éste con volatilidad en sus estadísticas comerciales.
El comercio Sur-Sur, entre economías en desarrollo, experimentó a lo largo del año una caída más pronunciada, de alrededor de siete por ciento, aunque esas tendencias se revirtieron en el último trimestre de 2023, cuando los países en desarrollo reanudaron el crecimiento.
Las tensiones geopolíticas continuaron afectando los flujos comerciales bilaterales, como lo demuestra el hecho de que Rusia redujo su dependencia comercial de la Unión Europea y la aumentó al mismo tiempo con China.
Además, la interdependencia comercial entre China y Estados Unidos disminuyó aún más en 2023.
El comercio intrarregional en América Latina disminuyó en cinco por ciento, y también el de Asia oriental quedó rezagado (-9,0 %), mientras que el de las economías africanas se opuso a la tendencia mundial, al aumentar en seis por ciento.
Se espera que la creciente demanda de bienes ambientales, en particular vehículos eléctricos, impulse el comercio este año.
Por sectores, la mayoría de las industrias registraron caídas en el valor comercial, con excepciones como las de productos farmacéuticos, equipos de transporte -hubo mayor demanda de aviones de fuselaje ancho- y vehículos de motor, que creció 14 %, con el impulso principal de la demanda de vehículos eléctricos.
En cambio, sectores como el de prendas de vestir, productos químicos y textiles experimentaron bajas significativas en 2023, aunque la mayoría de los sectores se recuperaron en el cuarto trimestre del año, excepto el de prendas de vestir, donde el comercio se contrajo aún más.
Entre los servicios, el turismo y los servicios relacionados con los viajes mostraron el repunte más fuerte, aumentando casi 40 % el año pasado.
Según la Unctad, los datos disponibles para el primer trimestre de 2024 sugieren una mejora continua del comercio mundial, especialmente considerando la moderación de la inflación global y la mejora de las previsiones de crecimiento económico.
Además, se espera que la creciente demanda de bienes ambientales, en particular vehículos eléctricos, impulse el comercio este año.
Sin embargo, las tensiones geopolíticas y las perturbaciones de la cadena de suministro persisten como factores de peso, que influyen en las tendencias del comercio bilateral y requieren un escrutinio continuo.
Un foco de atención está en las interrupciones en las rutas marítimas, en particular las relacionadas con cuestiones de seguridad en el mar Rojo y el Canal de Suez, asociadas al actual conflicto en la palestina Franja de Gaza.
Otro es la creciente necesidad de asegurar el acceso a minerales críticos para la transición energética, lo que podría afectar los precios y aumentar la volatilidad del mercado de esos productos básicos.
Y también los efectos climáticos adversos, entre ellos los niveles de agua en el canal de Panamá, que conllevan el potencial de aumentar los costos de envío, prolongar los tiempos de viaje e interrumpir las cadenas de suministro.