El dramaturgo Yunior García denuncia una "campaña de desinformación" del Gobierno, que vuelve a poner el foco en Estados Unidos
MADRID, 23 Mar. (EUROPA PRESS) – En un contexto de creciente descontento popular marcado por la reaparición de las protestas en las calles de Cuba, el tema de los apagones se ha convertido en un símbolo del agotamiento de la paciencia ciudadana. Las manifestaciones del pasado fin de semana en ciudades como Santiago o Bayamo no sólo reiteraron demandas de "libertad", sino que también hicieron eco de las penurias económicas y de servicios básicos, expresadas en consignas como "hambre" y "corriente".
Estos eventos reflejan las profundas dificultades que enfrenta la nación caribeña, ya reconocidas por el gobierno, que atribuye la mayoría de los problemas al "bloqueo criminal" de Estados Unidos. La crisis económica se ha agravado, evidenciada por una contracción económica en 2023 y una inflación que supera el 30%. A esto se suma el impacto de la pandemia de COVID-19 y la eliminación de la doble divisa, desafíos que han puesto a prueba la resiliencia de la isla.
La situación alimentaria es especialmente crítica, con el Programa Mundial de Alimentos señalando la necesidad urgente de asistencia para un millón de personas. El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, ha expresado su disposición a atender las demandas ciudadanas, buscando proyectar una imagen de gobierno receptivo frente a las adversidades.
En contraposición, Yunior García, dramaturgo cubano y una voz destacada entre los disidentes, critica la incapacidad del régimen para ofrecer soluciones reales, sugiriendo que la crisis energética y de servicios básicos ha desbordado cualquier intento de control gubernamental. García, ahora exiliado en España, enfatiza el papel de las redes sociales en exponer la realidad cubana, contrarrestando la narrativa oficialista.
La respuesta del gobierno cubano a las dificultades económicas y sociales incluye acusaciones directas a Estados Unidos, culpándolo de las condiciones actuales por medio del embargo económico. Sin embargo, estas acusaciones son vistas por muchos, incluido García, como una estrategia de desinformación que busca desviar la atención de la gestión interna.
Las tensiones diplomáticas se han intensificado, con Cuba acusando a Estados Unidos de injerencia a través de declaraciones y mensajes en redes sociales. A pesar de esto, desde Washington se hace un llamado al respeto de los derechos fundamentales en la isla, marcando una clara postura frente a la situación.
Yunior García, desde su exilio, continúa abogando por un cambio democrático en Cuba, criticando la alianza del gobierno cubano con regímenes autoritarios. A pesar de su deseo de regresar y reencontrarse con su familia, se enfrenta a la realidad del destierro, una táctica usada por el gobierno cubano contra disidentes y críticos.
En este complicado escenario, Cuba se encuentra en una encrucijada, entre la presión interna por cambios sustanciales y la persistente retórica de confrontación con Estados Unidos. La resolución de esta crisis requerirá más que soluciones superficiales, desafiando al gobierno a adoptar medidas que verdaderamente aborden las necesidades y demandas de su población.