Autoridades en alerta máxima ante el riesgo de más inundaciones y deslizamientos
Santo Domingo.- Los estados brasileños de Río de Janeiro y Espíritu Santo enfrentan una situación crítica tras las fuertes lluvias que han azotado la región, dejando un trágico balance de al menos 24 muertos personas fallecidas y miles de afectados. Según el último informe de la Defensa Civil, recogido por el diario 'Folha de Sao Paulo', Río de Janeiro registra 8 muertes, mientras que en Espíritu Santo se han contabilizado 16 fallecimientos.
La catástrofe ha llevado al desalojo de 5.481 personas y 255 se encuentran sin alojamiento en Espíritu Santo, donde el gobernador Renato Casagrande ha decretado situación de emergencia en trece municipios, siendo Apiacá, Bom Jesus do Norte y Mimoso do Sul las localidades más afectadas. La región se enfrenta a un alto riesgo de corrimientos de tierra e inundaciones, especialmente en las cuencas de los ríos Itapemirim y Itabapoana.
El desplome de un edificio en Petrópolis ha resultado particularmente fatal, con cuatro víctimas mortales y un menor rescatado con vida. Este evento subraya el enorme riesgo que representan los deslizamientos y colapsos estructurales provocados por las precipitaciones. Además, incidentes aislados en Arraial do Cabo y Santa Cruz da Serra añaden a la creciente lista de tragedias, con una muerte por impacto de rayo y otra por ahogamiento, respectivamente.
Las operaciones de rescate se intensifican mientras los bomberos buscan a una persona atrapada bajo los escombros de una casa en Teresópolis, donde ya se ha confirmado una víctima mortal. El estado de Río de Janeiro se mantiene en alerta máxima, con más de un centenar de intervenciones y al menos 90 personas rescatadas en las últimas horas.
El Instituto Nacional de Meteorología (Inmet) había advertido sobre el "gran peligro" de las lluvias, y la situación se agrava con pronósticos de más precipitaciones intensas y tormentas eléctricas. Petrópolis, en particular, ha sufrido con más de 340 milímetros de lluvia en solo 48 horas, superando ampliamente las previsiones y manteniendo al estado en un constante estado de alerta.
El gobernador de Río, Claudio Castro, ha reforzado las operaciones de asistencia en los municipios más afectados, distribuyendo insumos básicos y manteniendo comunicación directa con los alcaldes para coordinar los esfuerzos de respuesta. A medida que la comunidad se une para enfrentar esta calamidad, el desafío de recuperación se presenta formidable, subrayando la vulnerabilidad de la región ante fenómenos climáticos extremos.