La ola de violencia que sacude el país y amenaza la estabilidad electoral
Santo Domingo. En medio de un clima de violencia política, México se enfrenta a una epidemia de asesinatos que está cobrando la vida de alcaldes y aspirantes a cargos públicos.
El más reciente caso es el del candidato a la alcaldía de Acatzingo por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Jaime González Pérez, quien fue brutalmente asesinado en un ataque perpetrado por cuatro individuos que se desplazaban en motocicletas.
Los detalles del crimen apuntan a un panorama desolador: González se encontraba en un descampado con varios vehículos de su propiedad cuando los asaltantes llegaron, según informes del periódico 'Milenio'.
Se especula sobre posibles vínculos con el presunto líder huachicolero 'El Toñín', quien está bajo investigación por diversos delitos, incluyendo robo de combustible, homicidio y robo a transporte de carga.
González no es el único. Joaquín Martínez López, presidente municipal de Chahuites, Oaxaca, también fue víctima de la violencia política, asesinado a balazos frente a su domicilio.
Este patrón se repite en diferentes regiones del país, como lo evidencia el caso de Tomás Morales, aspirante a la alcaldía del municipio de Chilapa de Álvarez en Guerrero, quien fue tiroteado en una calle de esa localidad.
La mayoría de estos ataques se concentran en políticos afiliados a Morena, lo que sugiere que los grupos criminales ven en ellos un blanco estratégico debido a su cercanía con el poder.
Alfredo González, quien era precandidato del Partido del Trabajo para la alcaldía de Atoyac, en Guerrero fue baleado dentro de su vehículo el 3 de marzo
También golpeado por la violencia, fueron asesinados el pasado 26 de febrero dos precandidatos para la alcaldía del municipio Maravatío, el médico Miguel Ángel Zavala y el líder transportista Armado Pérez Luna. Estos hechos ocurrieron en el estado occidental de Michoacán,
La situación es alarmante. Desde septiembre hasta el 28 de febrero, se han reportado al menos 44 agresiones contra aspirantes o candidatos a cargos de elección popular, según un informe de Integralia Consultores.
La mayoría de estos ataques se concentran en políticos afiliados a Morena, lo que sugiere que los grupos criminales ven en ellos un blanco estratégico debido a su cercanía con el poder.
Este escenario plantea un desafío urgente para la democracia mexicana. Con las elecciones generales del 2 de junio en el horizonte, es crucial que las autoridades federales y locales implementen medidas de seguridad efectivas para salvaguardar la integridad de los candidatos y garantizar la estabilidad electoral.
La violencia política no solo amenaza la vida de los individuos, sino también el proceso democrático en su conjunto.