Precauciones de salud obligan al Pontífice a seguir el evento desde su residencia, mientras innovaciones y reflexiones profundas marcan este año
El Vaticano ha decidido, en una medida de precaución para proteger la salud del Papa Francisco, cancelar su presencia física en el tradicional Vía Crucis que se celebra en el Coliseo.
A sus 87 años, el pontífice optará por participar desde la tranquilidad de Casa Santa Marta, en un esfuerzo por mantenerse en condiciones óptimas para las ceremonias venideras de la Semana Santa.
Este cambio se anunció repentinamente, revirtiendo una declaración previa que confirmaba la participación del Papa en el evento.Matteo Bruni, portavoz del Vaticano, destacó que esta decisión busca preservar el bienestar del Papa de cara a la Vigilia Pascual y la Misa del Domingo de Resurrección.
Aunque el Papa no estará físicamente en el Coliseo, su espíritu y enseñanzas resonarán a través de las meditaciones que personalmente redactó para el Vía Crucis.
Estas reflexiones abordan temas contemporáneos de relevancia, como la persecución de cristianos, la violencia contra las mujeres, y la crítica a la hostilidad en las redes sociales, utilizando el anonimato del teclado como arma.
Además, el Papa introdujo una estación adicional al Vía Crucis, enfocada en el sentido de comunidad y la necesidad de paz en el mundo, desviándose de la estructura tradicional para enfatizar mensajes de unidad y compasión.
Este año, el Vía Crucis destacó no solo por su adaptación a las circunstancias de salud del Papa, sino también por las profundas reflexiones que ofreció, abordando desde la injusticia y el sufrimiento en el mundo hasta el papel y el respeto que merecen las mujeres en la sociedad.
La decisión de seguir el evento desde la distancia subraya la dedicación del Papa a sus deberes espirituales, mientras se adapta a los desafíos físicos, asegurando que su mensaje de fe, esperanza y amor continúe inspirando a fieles en todo el mundo.