Los líderes de la oposición aprovecharon la ocasión para criticar a Netanyahu, llamando a su renuncia y señalando la parálisis del Gobierno bajo su liderazgo.
Una multitud estimada en más de 100.000 personas se congregó en las calles de Jerusalén este domingo, en lo que se ha convertido en la mayor manifestación contra el Gobierno de Benjamin Netanyahu desde los ataques del 7 de octubre lanzados desde la Franja de Gaza. Esta marcha marca el inicio de una "semana nacional de protesta" convocada por la oposición.
La marcha principal fue acompañada por otras manifestaciones más pequeñas en toda la ciudad, todas con un objetivo común: establecer un campamento frente a la Knesset, el Parlamento israelí, exigiendo la convocatoria de elecciones anticipadas.
Una novedad destacada fue la participación de varias familias de rehenes secuestrados en Gaza, quienes consideran a Netanyahu un obstáculo para un acuerdo de intercambio. Esta inclusión refleja la creciente frustración y descontento con el liderazgo del primer ministro.
Los manifestantes corearon consignas como "¡Elecciones ya!" y expresaron su rechazo al mandato de Netanyahu. Dirigentes de partidos políticos y sindicatos se unieron a la manifestación, subrayando la diversidad de apoyo a la causa, destaca Europa Press.
Una novedad destacada fue la participación de varias familias de rehenes secuestrados en Gaza, quienes consideran a Netanyahu un obstáculo para un acuerdo de intercambio.
La protesta no estuvo exenta de confrontaciones con la policía, que empleó tácticas antidisturbios en ciertas áreas de la ciudad. Sin embargo, la determinación de los manifestantes fue evidente, con planes de mantener la acampada durante varios días y organizar manifestaciones diarias en las próximas semanas.
Los líderes de la oposición aprovecharon la ocasión para criticar a Netanyahu, llamando a su renuncia y señalando la parálisis del Gobierno bajo su liderazgo.
La semana de protestas culminará con una gran manifestación en Tel Aviv para recordar los seis meses de los ataques de las milicias palestinas de Gaza y el secuestro de más de un centenar de rehenes que aún permanecen en el enclave.
En otro punto de la ciudad, en el barrio ultraortodoxo de Mea Sharim, se registraron protestas por la igualdad en el reclutamiento militar, donde la policía tuvo que intervenir para evitar enfrentamientos. Esta muestra de descontento refleja una creciente división en la sociedad israelí en medio de la crisis política y social.