Tenemos que colaborar y contribuir con los haitianos, pero ellos allá y nosotros aquí.
Por Luis S. Fernández P.
Tal y como decían años atrás algunas personas en nuestro medio, en el país dominicano ‘así somos y somos así’.
Como en todo grupo social, puede decirse que los dominicanos pensamos de manera diferente, aunque en algunos postulados lo hagamos casi a unanimidad.
El mayor ejemplo sería el de que con relación a los haitianos, TODOS, o casi todos, estamos de acuerdo en que nosotros no podemos ni debemos resolver esenciales problemas de haitianos allá y aquí.
Lo han dicho desde el malvado dictador Rafael Trujillo, el no menos indescriptible Balaguer y ahora más de cien veces el demócrata y honesto Luis AbinaderCorona.
Si USA, Francia, Canadá, Venezuela o Cuba no pueden ni quieren hacerse responsables de los haitianos en Haití, pues esa es su decisión soberana. Pero jamás pretender que la República Dominicana deba resolver los más acuciantes problemas de nuestros vecinos.
Como ente humano nacido y criado aquí, me duelen nuestras miserias y las de los vecinos. Y añoro ver el día en que todos los habitantes de La Española salgan de las mismas, viviendo en libertad y en respeto mutuo.
Algunos articulistas y tratadistas, historiadores y ‘mensajeros’ tienen diferentes opiniones sobre cómo salir del ‘atolladero’ en que nos metieron algunas potencias hace ya muchos años. Pero lo de hoy día es algo que no soporta más equívocos de esas potencias, ni más compromisos de nuestro país a favor de nadie.
Si los nativos de derecha, centro e izquierda están contestes en que RD no es rica ni poderosa, entonces no podemos echarnos encima los problemas de Haití.
Tenemos que colaborar y contribuir con los haitianos, pero ellos allá y nosotros aquí; ellos reorganizándose y nosotros empujando por su desarrollo; ellos respetando acuerdos, disposiciones y leyes y nosotros haciéndole ver al mundo que ni somos racistas, xenófobos ni cosas que se parezcan.
Si aquí en RD no quisiéramos saber de negros o nos gustaran las guerras, hace rato que no existiese un haitiano en nuestro territorio. Aquí somos tanto o más oscuros y prietos que los haitianos, aunque quizás un ‘poquito’ mas ‘civilizados’, más higiénicos y más amantes de las libertades y el progreso.
Lamento mucho leer, escuchar o ver en la TV a compatriotas defender a los haitianos, al tiempo de denostar a RD, a sus autoridades y a sus compatriotas.
Y de que NUNCA vean ni hablen de todo lo que hacemos por nuestros vecinos.
Amante del progreso y de la paz, enemigo de guerras donde quiera que se formen, reitero, aún sea para mímismo, que República Dominicana no puede ni será el país que acoja a haitianos ilegales e iletrados, como tantas veces ha repetido Abinader y como lo hiciera el Patricio por excelencia de los dominicanos, general Juan Pablo Duarte.
Que la paz y el respeto, la solidaridad y la alegría reinen en toda La Española, a fin de superar toda iniquidad y problema que separe a haitianos y dominicanos.
Pero ellos allá y los dominicanos acá.
(Y luego de concluir este artículo, leo el de Eduardo García Michel en Diario Libre este martes nueve de abril, que no solo lo apoyo en su totalidad, sino que invito a otros a leerlo y respaldar sus conceptos, si en verdad son dominicanos y aspiran a que ellos, sus hijos y nietos sigan viviendo y queriendo este país, tal y como también lo aprecian aquellos que por asuntos económicos han salido y residido en Estados Unidos, España, Italia y otros países del mundo).
9 de abril de 2024.