Por el Dr. James A. Rowland Cruz
En este artículo, nos proponemos llevar al conocimiento de nuestros lectores, de la forma más sencilla y directa que nos sea posible, dado el hecho de que se trata de un asunto complejo y de carácter médico psiquiátrico, que, si bien no es nuestra especialidad, sin embargo nos mueve, como siempre, la más sana intención de ayudar a la compresión de este grave trastorno emocional conocido como depresión, dada la ya sensible incidencia que esta enfermedad está teniendo entre los adolescentes y jóvenes dominicanos, muchos de los cuales la padecen actualmente, a pesar de que tienen sus necesidades materiales satisfechas, que gozan de salud física, que viven junto a sus padres, que forman parte de un hogar, que estudian y aspiran a lograr una licenciatura o hasta un doctorado universitarios, que quizás trabajan de manera estable, y que, por lo tanto, económicamente no serían una carga para su familia, o que, a pesar de que no están trabajando, para sus padres no son una carga económica ni se lo hacen sentir, que tienen o se presume que tienen ideales de vida, por cuyo logro se supone que se esfuerzan cada día, en una palabra, son adolescentes y jóvenes de quienes se puede afirmar que “no les falta nada” en esta vida, lo que debiera ser motivo de felicidad para ellos, pero un día deciden acabar con su existencia y, de manera inesperada y sorpresiva para todo el que los conoce, se suicidan, embargando de dolor y sufrimiento a sus progenitores y demás familiares, y llenando de tristeza a sus amigos más cercanos.
En este trabajo de investigación, nos dedicaremos a contestar las siguientes preguntas: ¿Qué es la depresión? ¿a qué tipo de depresión se le conoce como “depresión sonriente” o atípica? ¿qué señales dan las personas que empiezan a mostrar un cuadro clínicamente depresivo? Ante esas señales, ¿qué pueden hacer, para ayudar, los padres y amigos íntimos de la persona depresiva? ¿Por qué quien sufre de depresión tiene, por momentos, el deseo de acabar con su vida? ¿Existe alguna forma de arrancar de la mente del depresivo el impulso de matarse? ¿Tiene cura la depresión? Vamos por parte.
Una definición que se ha dado de la depresión es la siguiente: “Es un trastorno emocional que causa un sentimiento de tristeza constante y una pérdida de interés en realizar diferentes actividades, que crea una incapacidad para llevar a cabo actividades cotidianas, durante al menos dos semanas.” ((https://www,bing.com/search?q=definicion+de+depresion&form…); En otras palabras, el depresivo se muestra siempre triste y va perdiendo el interés por actividades que antes realizaba con entusiasmo y dedicación y se vuelve incapaz de realizar sus actividades diarias, por lo menos durante dos semanas. Ante esas señales, ¿qué pueden hacer, para ayudarlo, sus padres y amigos más cercanos que han notado esos cambios? ¿minimizar lo que está pasando con el o la adolescente o el o la joven, afirmando que “eso se le pasa”? Comentar que él o ella siempre ha sido así… ¿y no hacer nada? Antes de contestar esas preguntas, es oportuno identificar al depresivo o depresiva sonriente o atípico(a). Se trata de la persona que se muestra contenta, alegre, feliz, e incluso comparte su estado de ánimo en las redes sociales, para todos es una persona que no tiene problemas emocionales, pero puede llegar al suicidio, porque en verdad padece de sentimientos suicidas. Esta depresión se considera una de las más difíciles de tratar porque el que la padece la oculta, la encubre, y muestra a los demás un estado de ánimo contrario al que siente realmente (https://www.bing.com/search?q_depresion+sonriente 8Lform=CONS…) ¿Cuántos adolescentes y jóvenes dominicanos pudieran ser actualmente depresivos(as) sonrientes, sin que sus padres y amigos, quizás por ignorancia, se den cuenta de su trastorno? No creo que el Departamento de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública, mediante su Plan Nacional de Salud Mental, lleve datos estadísticos sobre este complicado problema social. Y de llevarlos, sería interesante conocer sus resultados, a qué año y qué se pudiera estar haciendo frente al mismo.
Ahora bien, en cuanto a la manera en que se recomienda tratar o relacionarse con el depresivo o la depresiva, los expertos consultados indican lo siguiente: Primero, hay que convencerlo (a), con mucho tacto y sutileza, es decir, con mucho cuidado al hablarle de eso, y hacerlo con delicadeza y suavidad, de que necesita ayuda profesional, y, si es necesario, acompañarlo(a) a la cita, e incluso, ayudar a elaborar una serie de puntos a tratar con el especialista. Segundo, evitar darle consejos de cómo vivir la vida. Tercero, no hablarle sobre su problema de un modo que le haga sentirse culpable o avergonzado (a) por el hecho de darle a su salud mental la importancia que merece. Cuarto, quien le cuida debe estar a su lado y presto siempre a ayudarle. Quinto, poner énfasis únicamente enlas habilidades, capacidades y éxitos que tenga o haya logrado en su vida la persona depresiva. Sexto, respetar su silencio, su ritmo y su espacio, y escucharlo(a), es decir, oírlo (a), pero con atención y verdadero interés. Séptimo, preguntarle cómo se siente y establecer con él o ella una relación empática, o sea, conectarse emocionalmente, comprender sus emociones y sus sentimientos. Octavo, no discutir con el o la depresivo(a), ni tratarle cuestiones conflictivas. Noveno, llevar a cabo actividades que usted sabe que son del agrado, que le gustan al o la depresivo(a), y que lo o la divierten. Décimo, reforzar sus hábitos saludables, como el horario para dormir, su tiempo para descansar y que tenga una alimentación equilibrada (https://www.bing.com/search?q=como+tratar+a+una+persona+co…;https://psicologiaymente.com/clinica/consejos,ayudar,perso…). Décimoprimero, en cuanto a la persona encargada de cuidar al o la depresivo(a), el cuidador o la cuidadora, debe preocuparse también por mantenerse saludable, para que pueda continuar junto al o la enfermo(a), asistiéndolo(a) en todo cuanto sea necesario. Esos son, conforme investigaciones que hemos hecho, los aspectos más relevantes en la atención que se debe prestar a una persona en estado depresivo, buscando que mejore sustancialmente su trastorno emocional.
En cuanto a los impulsos suicidas que, por momentos, padece el o la depresivo(a), conforme nuestras investigaciones, los mismos vienen precedidos, es decir, primero aparecen los pensamientos de menosprecio, sentimientos de que la vida no vale la pena vivirla, deseos de morir, etc., y en ese sentido el individuo se va desvalorizando a sí mismo, pierde el interés por bañarse, no se recorta el pelo, no se rasura ( si es un varón), usa por mucho tiempo la misma ropa, deja de estudiar, deja de ir al trabajo, se muestra incapaz para hacerle frente a situaciones abrumadoras, como problemas financieros, pérdida de un ser querido, el final de una relación o enfermedades graves, etc. Estas señales, entre otras, de acuerdo con especialistas consultados, reclaman asistencia profesional urgente para la persona depresiva, porque está en juego su propia existencia, es decir, en cualquier momento podría atentar contra su vida.
Ahora bien, ¿existe alguna forma de arrancar de la mente del o la depresivo(a) el impulso o deseo de matarse? La psicóloga clínica Amparo Calandin, directora de “Amparo Calandin Psicólogos”, licenciada en Psicología en 2009 por la Universidad de Valencia, España, recomienda la terapia cognitivo-conductual (TCC) que ayuda al o la depresivo(a) a cambiar la forma de pensar irracional y “automática” (por las ideas que surgen en la mente del enfermo de manera espontánea), por una manera de pensar distinta, diferente, superando así los pensamientos suicidas.
Finalmente, ¿es curable la depresión? Según expertos consultados, la depresión se cura, pero la actitud y disposición del enfermo más efectivas para enfrentarla y vencerla de manera definitiva es, con la ayuda de quien le cuida, someterse religiosamente al tratamiento que le recomendó el especialista que le atiende, por unos 6 a 7 meses, sin abandonarlo nunca, aunque el paciente crea que ya no lo necesita, por la mejoría en su salud emocional que siente que está logrando, de modo que sea el facultativo el que maneje el caso y tome las decisiones que él entienda de lugar (ver UCAMSALUD: https://lasaludentus manos.ucam.edu/enfermedades/se-cura-la-dep…).