El grupo dominó con sus armas parte de Iraq y Siria y fue vencida por una coalición internacional
Por agencia IPS
LONDRES – Muertes masivas, torturas y condiciones inhumanas de detención padecen los 56 000 hombres, mujeres, niños y niñas recluidos de manera indefinida en Siria tras la derrota del Estado Islámico, conocido como Isis, denunció en un informe este miércoles 17 la organización humanitaria Amnistía Internacional (AI).
Agnès Callamard, secretaria general de AI, deploró que “los hombres, mujeres, niños y niñas recluidos en estos campos y centros de detención sufren una crueldad y una violencia escandalosas”.
“El gobierno estadounidense ha tenido un papel fundamental en la creación y el mantenimiento de este sistema que ha causado cientos de muertes evitables, y debe tenerlo también en su reforma”, agregó la responsable de la oenegé humanitaria.
El autodefinido como Estado Islámico, también conocido como EI o Daesh, es una organización integrista, calificada como terrorista por las Naciones Unidas, que entre 2014 y 2019 dominó con sus armas parte de Iraq y Siria, fue vencida por una coalición internacional, y algunos grupos de seguidores siguen operando en países de África y Asia.
Decenas de miles de personas que combatieron en sus fila, o les acompañaron de modo voluntario o forzoso, son mantenidas desde hace cinco años como detenidas en dos campamentos al aire libre y en otros 27 centros de varias localidades en el noreste de Siria.
Esa zona, próxima a las fronteras con Iraq y Turquía, está bajo control de otra insurgencia, la Fuerza Democrática Siria (FDS), respaldada por Estados Unidos.
Se calcula que hay alrededor de 11 500 hombres, 14 500 mujeres y 30 000 menores recluidos en los 27 centros y dos campos de detención: Al Hol y Al Roj.
El autodefinido como Estado Islámico, también conocido como EI o Daesh, es una organización integrista, calificada como terrorista por las Naciones Unidas
Según AI, esas personas detenidas son objeto de torturas como palizas, posturas en tensión, descargas eléctricas, violencia basada en género, desapariciones forzadas, y muchas mueren debido a las condiciones inhumanas de reclusión.
Su informe dice que entre las personas recluidas hay víctimas de Isis, entre ellas decenas y quizás centenares de yazidíes, una minoría étnica y religiosamente diferenciada que vive en comunidades de Iraq, Siria, Turquía y el Cáucaso, y con la cual se ensañaron los milicianos islamistas.
También hay mujeres que fueron forzadas a matrimonios con miembros de Isis, y muchos varones y jóvenes víctimas de reclutamiento forzoso por la insurgencia.
Son personas sirias, iraquíes y nacionales de otros 74 países, en su mayoría puestas bajo custodia del gobierno autónomo del noreste sirio durante los últimos combates territoriales contra Isis a principios de 2019.
“Mientras la amenaza de Isis sigue siendo real en todo el mundo, las violaciones de derechos humanos cometidas en el noreste de Siria no hacen sino reforzar los agravios y significan que una generación entera de niños y niñas sólo conocen la injusticia sistemática”, destacó Callamard.
Agregó que el gobierno autónomo, los miembros de la coalición liderada por Estados Unidos y la ONU “deben actuar para reparar estas violaciones de derechos humanos y poner fin al círculo vicioso de abusos y violencia”.
Aunque la coalición está formada técnicamente por 29 Estados, el gobierno de Estados Unidos es con diferencia su miembro más influyente y dirige la estrategia, planificación, dotación de recursos e implementación de la misión.
Con fondos del Congreso estadounidense, la coalición ha modernizado centros de detención existentes y ha construido nuevos, y los visita con frecuencia. Washington ha entregado cientos de millones de dólares a las FDS y fuerzas de seguridad afines.
“Aunque Estados Unidos pueda haber proporcionado tal apoyo con la idea de mejorar las condiciones penitenciarias o mitigar las violaciones de derechos humanos, estas intervenciones distaron mucho de cumplir los requisitos establecidos por el derecho internacional”, según Callamard.
Son personas sirias, iraquíes y nacionales de otros 74 países, en su mayoría puestas bajo custodia del gobierno autónomo del noreste sirio durante los últimos combates territoriales contra Isis a principios de 2019.
Por otra parte “la coalición le ha fallado a las víctimas de delitos de Isis y a sus familias, quienes siguen esperando investigaciones efectivas y justicia”, agregó.
Personal de AI viajó al noreste de Siria en tres ocasiones entre septiembre de 2022 y agosto de 2023 para hacer entrevistas en ambos campos y en 10 centros de detención.
AI sostuvo que los socios de la coalición “deben poner en marcha un proceso de investigación urgente para identificar a las personas detenidas que deberían quedar en libertad de inmediato, con especial atención a las víctimas de delitos de Isis y los grupos de riesgo”.
Países de Europa han sido reticentes a recibir personas detenidas por su efectiva o supuesta pertenencia a Isis y que reivindican tener nacionalidad europea, por el temor de que puedan todavía sostener sus lazos con la organización integrista.