El educador, político y escritor nació en Santo Domingo y dedicó gran parte de su vida al servicio público y la educación.
Santo Domingo – El destacado político y académico dominicano, Franklin Almeyda Rancier, falleció la noche del jueves, según confirmaron fuentes de la Fuerza del Pueblo, partido al que pertenecía como miembro del comité Político. La causa de su muerte aún no ha sido revelada. Se espera que durante el día de hoy se proporcionen detalles acerca de las honras fúnebres.
Almeyda Rancier, quien también se desempeñó como rector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) de 1987 a 1990, fue una figura prominente en la vida política y académica del país. Abogado de profesión, jugó un papel crucial en el desarrollo educativo y político de la República Dominicana.
Trayectoria y legado de Almeyda Rancier
Franklin Almeyda Rancier nació en Santo Domingo y dedicó gran parte de su vida al servicio público y la educación. Como académico, su gestión en la UASD fue marcada por importantes avances en la oferta educativa y la infraestructura universitaria. Más allá de sus labores en educación, Almeyda Rancier fue un activo participante en la política nacional. Entre 2006 y 2011, ocupó el cargo de Ministro de Interior y Policía, período durante el cual implementó significativas políticas de seguridad y orden público.
Además de sus roles en la administración pública, fue autor de varios libros que reflejan su pensamiento y análisis político, entre ellos "El PLD en la transición", "Figuras jurídicas procesales y sus jurisprudencias" y "El PLD y las fuerzas sociales". Estas obras son consideradas referentes importantes para el estudio de la política y el derecho en Dominicana.
Un Legado que Perdura
La muerte de Franklin Almeyda Rancier representa una pérdida significativa para el ámbito político y académico dominicano. Su contribución al desarrollo de políticas públicas y su dedicación al fortalecimiento de la educación superior han dejado una huella imborrable en la sociedad. A medida que la nación se prepara para rendirle homenaje, su legado permanece como testimonio de su compromiso con el progreso y bienestar de la República Dominicana.