Un análisis previo al crucial encuentro en las urnas del 19 de mayo
Santo Domingo.- El presidente de la República Dominicana, Luis Abinader, quien aspira a la reelección, ha sorprendido al aceptar participar en un debate presidencial con sus principales contrincantes, aumentando significativamente el interés público hacia este evento programado para el próximo miércoles por la noche.
Entre los destacados oponentes figuran el tres veces presidente Leonel Fernández y Abel Martínez, quienes, según los organizadores, poseen méritos numéricos y la calidad necesaria para enfrentarse en este foro. Curiosamente, en sus tiempos como presidente, Fernández evitó confrontar a sus adversarios en debates, una práctica que sólo consideró en 1996 cuando no era el candidato en turno.
Abel Martínez, que se enfrenta a su primera elección presidencial, al igual que Fernández, ha aceptado su participación en el debate de esta noche. Ambos candidatos parecen estar luchando en un segundo plano por la supremacía electoral, con el objetivo de forzar una segunda vuelta electoral en la que uno de ellos pueda competir contra Abinader.
Desde la perspectiva histórica, el único que parece correr un riesgo tangible al participar en este debate es el propio Abinader. A diferencia de sus predecesores como Fernández y Danilo Medina, que optaron por no debatir, Abinader entra al debate con una sólida aprobación de su gestión pública y liderando las encuestas, en algunos casos con una ventaja de hasta 20 puntos sobre su competidor más cercano, Leonel Fernández, candidato presidencial por la Fuerza del Pueblo.
Se especula que la decisión de Abinader de asistir al debate responde a una estrategia de confirmar su liderazgo y confrontar directamente las debilidades de sus predecesores, quienes han sido criticados por los problemas actuales que enfrenta la nación. La postura ética, transparente y la lucha contra la corrupción de su administración son altamente valoradas por la población, recursos que el presidente podría utilizar eficazmente durante el debate.
Con las elecciones presidenciales y congresuales previstas para el 19 de mayo, este debate no solo es crucial para Abinader sino también para definir las dinámicas de poder en la República Dominicana en los próximos años.