Las misiones espaciales en Marte se alistan para analizar los efectos de la actividad solar en robots y astronautas durante el pico del ciclo solar de once años.
MADRID, 30 Abr. – Aprovechando el próximo máximo de actividad solar, la NASA se centra en estudiar los efectos potenciales de las erupciones solares en la tecnología y los futuros habitantes del Planeta Rojo. Este período, que marca el cénit de un ciclo solar de 11 años, es conocido por su alta incidencia de fenómenos solares extremos, incluyendo erupciones solares y eyecciones de masa coronal que emiten grandes cantidades de radiación al espacio.
El orbitador MAVEN (Mars Atmospheric and Volatiles EvolutioN) y el rover Curiosity de la NASA, actualmente operativos en Marte, jugarán roles clave en esta investigación. Mientras que la Tierra se beneficia de la protección de su campo magnético contra estas tormentas, Marte, sin un campo magnético global, presenta una situación única para estudiar estos fenómenos solares directamente.
Shannon Curry, del Laboratorio de Física Atmosférica y Espacial de la Universidad de Colorado en Boulder, destacó la importancia de estas observaciones: “Antes de enviar humanos a Marte, es crucial determinar qué tipo de protección contra la radiación necesitarían los astronautas, ya que actualmente carecemos de un entendimiento completo sobre los efectos de la radiación durante eventos de alta actividad solar.”
Desde su posición orbital, MAVEN monitorea la radiación y las partículas solares, mientras que Curiosity, desde la superficie, utiliza su detector de evaluación de radiación (RAD) para estudiar cómo la radiación afecta las moléculas basadas en carbono. Estos datos son fundamentales para entender no solo la seguridad de los futuros astronautas, sino también la preservación potencial de signos de vida antigua bajo estas condiciones extremas.
Don Hassler, investigador principal de RAD, explicó la capacidad única del instrumento: “RAD puede detectar partículas de alta energía que penetran la atmósfera y alcanzan la superficie, lo cual es crítico para evaluar la exposición directa de los astronautas a estos peligros.”
Además, MAVEN desempeña un papel crucial como parte de un sistema de alerta temprana que informa a otras misiones en Marte sobre el aumento de los niveles de radiación. Esta capacidad permite que las misiones protejan sus instrumentos sensibles durante eventos de alta actividad solar, minimizando el riesgo de daños a la electrónica y las comunicaciones.
Este estudio no solo busca proteger a futuros exploradores y equipos en Marte, sino que también podría arrojar luz sobre cómo Marte, que alguna vez fue un planeta cálido y húmedo, se transformó en el desierto congelado que es hoy. Las actuales condiciones orbitales y atmosféricas de Marte durante este máximo solar podrían proporcionar nuevas pistas sobre cómo los fenómenos meteorológicos, como las tormentas de polvo, podrían haber contribuido a la pérdida de agua atmosférica del planeta a lo largo de los milenios.