Altos representantes de la ONU subrayan la necesidad de acelerar la Agenda 2030 en preparación para la cumbre en Santiago
Santo Domingo.- En un importante encuentro celebrado el 30 de abril de 2024 en la sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en Santiago, altos representantes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) discutieron las preparaciones para la Segunda Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social programada para 2025, destacando su potencial para abordar desigualdades y fomentar la justicia social a nivel global.
El diálogo subrayó la importancia de esta cumbre como un mecanismo clave para impulsar los esfuerzos hacia la realización de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
El evento contó con la presencia de figuras destacadas como Amina J. Mohammed, Vicesecretaria General de las Naciones Unidas; Alberto van Klaveren, Ministro de Relaciones Exteriores de Chile; y Gilbert F. Houngbo, Director General de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), entre otros.
Los participantes enfatizaron la relevancia de revisar estrategias y reafirmar compromisos, especialmente en un contexto de crisis múltiples que incluyen tensiones geopolíticas, cambio climático y desafíos tecnológicos.
En su intervención, José Manuel Salazar-Xirinachs, Secretario Ejecutivo de la CEPAL, destacó que América Latina y el Caribe enfrentan una "crisis de desarrollo" caracterizada por baja capacidad de crecimiento, alta desigualdad y desafíos institucionales, lo que subraya la urgencia de un desarrollo social inclusivo.
Además, la participación de figuras como Michelle Bachelet, ex Presidenta de Chile, resaltó la influencia y el impacto global de estas discusiones.
La Cumbre de 2025, que se realizará treinta años después de la histórica Cumbre de 1995 en Copenhague, busca no solo revisar los progresos sino también ampliar los esfuerzos globales para no dejar a nadie atrás, tal como lo expresó Paula Narváez, Presidenta del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas.
Este encuentro ha sentado las bases para un diálogo continuo y compromisos renovados entre los Estados Miembros, enfocándose en un enfoque integral que integre a toda la sociedad en la lucha contra la desigualdad y por un desarrollo más inclusivo y sostenible.