Una fusión de voces y orquesta deslumbra en el Gran Teatro del Cibao, marcando un hito en Santiago.
Santo Domingo.- En el corazón de Santiago, una noche estrellada se convirtió en el escenario de un evento sin precedentes. Bajo la batuta del venerado maestro Amaury Sánchez, y con la voz inconfundible de Danny Rivera, el Gran Teatro del Cibao se transformó en un santuario de armonías exquisitas. "Danny Rivera Sinfónico" no fue solo un concierto, sino una experiencia multisensorial que dejó una huella imborrable en el alma de los asistentes.
El evento desplegó su magia a partir de las 8:45 PM, iniciando con una obertura que recorría los temas más icónicos de Rivera, magistralmente interpretados por la Orquesta Filarmónica de Santo Domingo. El ambiente se cargó de expectativa y emoción, que se desbordó en un estruendoso aplauso cuando Rivera hizo su aparición estelar. "Amar o morir" resonó como su declaración inicial, seguido por un repertorio que navegó entre el amor y la nostalgia con piezas como "Vivir sin tu cariño" y "Mi viejo".
Los arreglos de Sánchez llevaron cada canción a nuevas alturas, mientras que la complicidad entre él y Rivera tejía una narrativa llena de emotividad y gracia. Entre canción y canción, Danny compartía anécdotas y bromas, construyendo un puente íntimo con el público que colmaba cada rincón del teatro.
La noche también acogió la voz de Mónica Plácido, soprano invitada desde Puerto Rico, que junto a Danny interpretó melodías llenas de dulzura y despedida, como "Para decir adiós". La velada continuó con temas que celebraban la vida y el recuerdo, tales como "Mi árbol y yo" y "Al nacer cada enero", perpetuando la atmósfera romántica que envolvía el recinto.
El clímax del concierto llegó con "Jesucristo", seguido de interpretaciones más íntimas como "Mujer abre tu ventana", donde Danny, acompañado únicamente de una guitarra, invitó a los presentes a un viaje introspectivo y profundamente personal. El repertorio se extendió hacia lo onírico con "Paraíso soñado" y cerró con una vibrante interpretación de "O sole mío".
Al finalizar con "Tantos deseos de ella" y "Libre", Danny Rivera no solo recibió una ovación de pie; recibió el corazón de un público que, a través de su música, redescubrió el poder unificador y eterno de las canciones que narran nuestras más profundas emociones. "Danny Rivera