Desprecian a los demás y al mismo Sistema político vigente, pero lo usan para sus fines, viajar, trabajar y hasta concluir sus carreras o vidas.
La verdad es que en nuestro queridísimo país a diario se ven, se escuchan y se leen cosas que hasta Sancho Panza se hubiese sorprendido de conocerlas.
Por buena suerte, nunca he sido ‘intelectual’ para decir o escribir cosas ofensivas contra otras personas o contra mi país.
Pero a diario uno escucha o lee atrocidades de supuestos intelectuales en contra de personas, por el solo hecho de decir que son dominicanas, nacionalistas o amantes del bolero, el merengue o la bachata.
Esos tipos y tipas, llenos de odio porque no han logrado sus objetivos supremos en nuestra sociedad, dedican horas de trabajo para calificar a los demás de lo que ellos son en realidad.
Acusan al que bebe y también al que no lo hace. Al religioso y al que no lo es. Defienden dizque a los dominicanos, anhelan su unión y le piden trabajar por una sociedad más justa y solidaria, pero insultan a quienes no comulgan con esos ‘principios’ o no le dicen dónde está ese país ideal, esa sociedad donde haya trabajo para todos, educación, salud y libertad para todos, y no solo para los mandantes.
Cual entes todopoderosos, esgrimen lanzas para doblegar a los demás, a quienes no reconocen derechos para opinar de la forma en que crean o de apoyar a quienes deseen en cualquier materia o disciplina.
Esos tipos y tipas se creen los dueños de la verdad, siendo solo unos caníbales, canallas de pacotilla o infelices humanos, que respaldan teorías absurdas y a personajes amantes del odio y las dictaduras.
Desprecian a los demás y al mismo Sistema político vigente, pero lo usan para sus fines, viajar, trabajar y hasta concluir sus carreras o vidas en países a los cuales acusaban de monstruos explotadores de la gente.
Para las elecciones del 19 de este mes, por ejemplo, condenan a participantes por corrupción y entreguismo, pero nada dicen de sus pares que no sacan ni la gata a orinar cuando se conocen los resultados electorales.
¡Así no se vale, mis queridos intelectuales, así no se vale!
3 de mayo de 2024.