Candidatos compiten en un ambiente de descontento público y promesas de cerrar el Darién, mientras el país enfrenta desafíos económicos y sociales.
MADRID, 4 de mayo (EUROPA PRESS) – Los ciudadanos de Panamá se preparan para votar este domingo 5 de mayo en unas elecciones presidenciales cargadas de tensión política y social. El proceso electoral se celebra en un momento en el que la nación busca superar la impopular gestión de Laurentino Cortizo y la inhabilitación del controvertido expresidente Ricardo Martinelli.
- La jornada se destaca también por las promesas de algunos candidatos de cerrar el Tapón del Darién para controlar la inmigración y las significativas protestas medioambientales que han surgido.
Ocho candidatos buscan la presidencia en una sola vuelta electoral, reflejando uno de los procesos democráticos más significativos de la región, donde la reelección está prohibida y los mandatos duran cinco años. Además, cerca de tres millones de panameños elegirán también a sus representantes parlamentarios y autoridades locales.
El desencanto con la clase política domina el ambiente electoral, exacerbado por persistentes escándalos de corrupción y problemas medioambientales que han disminuido la actividad en el Canal de Panamá, un vital motor económico del país. La crisis migratoria también se ha intensificado, con cientos de miles de migrantes atravesando la peligrosa selva del Darién, exacerbando la carga humanitaria del país.
El favorito de las encuestas, José Raúl Mulino, representa a la derecha y fue seleccionado por un Martinelli actualmente asilado en la Embajada de Nicaragua. A pesar de los desafíos legales y la inhabilitación de Martinelli por delitos de corrupción, Mulino ha logrado mantener su candidatura, proclamando abiertamente su continuidad con Martinelli bajo el lema 'Mulino es Martinelli, Martinelli es Mulino'.
Con más del 37% de intención de voto, Mulino lidera la coalición Realizando Metas (RM), muy por delante de sus competidores del Partido Popular (PP), Cambio Democrático (CD) y el Movimiento Otro Camino (MOCA), quienes tienen entre el 12 y el 15% de apoyo cada uno.
En contraste, el oficialismo se encuentra en una posición vulnerable, con el vicepresidente Gabriel Carrizo sufriendo una baja popularidad. Los recientes movimientos de protesta, especialmente contra la minería en áreas protegidas, han mostrado el creciente descontento público.
Este escenario electoral, donde predominan propuestas de centro-derecha a conservadoras, con algunas más progresistas como la de libre postulación de Maribel Gordón, resalta la diversidad y el desafío de la política panameña. Con varios candidatos independientes también en liza, estas elecciones podrían marcar un cambio significativo en la dirección política del país.