La demanda a Live Nation con el respaldo de fiscales generales de 29 estados y Washington, DC, es por prácticas anticompetitivas.
El Departamento de Justicia de los Estados Unidos presentó una demanda el pasado jueves en el Distrito Sur de Nueva York con el objetivo de disolver Live Nation, la empresa matriz de Ticketmaster. La demanda, apoyada por fiscales generales de 29 estados y Washington, DC, acusa a la compañía de ejercer un control monopolístico sobre la industria de eventos en vivo, en detrimento de consumidores, artistas, promotores y nuevas empresas del sector.
Según la demanda, Live Nation gestiona directamente más de 400 artistas musicales, controla alrededor del 60% de las promociones de conciertos en las principales salas y, a través de Ticketmaster, maneja aproximadamente el 80% o más de la venta de entradas en las principales salas de conciertos, además de tener una creciente participación en el mercado de reventa.
El Fiscal General Merrick Garland afirmó que "Live Nation se basa en conductas ilegales y anticompetitivas para ejercer su control monopólico sobre la industria de eventos en vivo en los Estados Unidos a costa de los fanáticos, artistas, promotores más pequeños y operadores de lugares", de acuerdo al reporte de la cadena estadounidense https://www.nbcnews.com/.
Entre las prácticas anticompetitivas señaladas en la demanda se incluyen:
- Colaboración con Oak View Group, una empresa de gestión de espacios, para obligar a los clientes a firmar acuerdos exclusivos con Ticketmaster. Oak View, cofundada por el ex presidente de Live Nation, Irving Azoff, supervisa docenas de estadios globalmente.
- Eliminación de la competencia en el negocio de promoción de conciertos mediante amenazas de represalias y la adquisición de grupos emergentes considerados amenazas.
- Firma de acuerdos exclusivos a largo plazo con lugares, impidiéndoles buscar alternativas de gestión y plataformas de venta de entradas.
- Dominio de Ticketmaster como la plataforma de venta de entradas predeterminada para muchos artistas debido al control de Live Nation sobre numerosos lugares de eventos.
Live Nation respondió a las acusaciones calificándolas de "infundadas" y argumentando que la demanda no resolverá los problemas de precios de entradas, tarifas de servicio y acceso a espectáculos demandados. "Llamar a Ticketmaster un monopolio puede ser una victoria de relaciones públicas para el DOJ en el corto plazo, pero perderá en los tribunales porque ignora la economía básica del entretenimiento en vivo", afirmó la empresa. También subrayaron que la mayor parte de las tarifas de servicio se destinan a los lugares y que la competencia ha erosionado constantemente la participación de mercado y el margen de ganancias de Ticketmaster.
El Fiscal General Merrick Garland justificó la demanda diciendo: "El resultado es que los fans pagan más en honorarios, los artistas tienen menos oportunidades de tocar en conciertos, los promotores más pequeños quedan excluidos y los lugares tienen menos opciones reales para los servicios de venta de entradas. Es hora de disolver Live Nation".
Live Nation, por su parte, defendió su posición dominante argumentando que la participación de mercado de Ticketmaster ha estado disminuyendo durante más de una década y que la demanda del DOJ ignora factores clave como el aumento de los costos de producción y la creciente popularidad de los artistas.
Ticketmaster ha sido objeto de quejas durante años, pero la controversia alcanzó su punto álgido en 2022 tras un lanzamiento fallido de entradas para el "Eras Tour" de Taylor Swift, lo que llevó al Comité Judicial del Senado a celebrar una audiencia sobre el papel de la empresa en la industria de la venta de entradas.
La batalla legal que se avecina promete redefinir el panorama de la industria de eventos en vivo en Estados Unidos, con implicaciones significativas para todos los actores involucrados, desde los grandes promotores hasta los fanáticos que buscan disfrutar de sus artistas favoritos.