La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha proyectado que la tasa de desempleo global se situará en un 4,9% este año, una décima por debajo del nivel registrado en 2023. La baja se debe principalmente a menores tasas de desempleo en China, India y los países de altos ingresos.
El descenso representa una mejora de tres décimas respecto a las previsiones iniciales de principios de año y establece un nuevo mínimo histórico en la serie de datos disponibles, según el informe 'Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo: Actualización de mayo de 2024′.
Descenso continuo del desempleo
Con este descenso, la tasa de paro mundial acumulará cuatro años consecutivos a la baja, tras alcanzar un récord del 6,6% en 2020 debido a la pandemia de Covid-19. En 2019, la tasa de desempleo mundial fue del 5,6%.
El análisis de la OIT, publicado este miércoles, destaca que esta revisión a la baja se debe principalmente a menores tasas de desempleo en China, India y los países de altos ingresos.
Con este descenso, la tasa de paro mundial acumulará cuatro años consecutivos a la baja, tras alcanzar un récord del 6,6% en 2020 debido a la pandemia de Covid-19. En 2019, la tasa de desempleo mundial fue del 5,6%.
Sin embargo, la organización advierte que esta tendencia de reducción se estabilizará en 2025, con una proyección de una tasa de paro del 4,9% también para ese año.
Perspectivas y desafíos
La OIT calcula que el número de desempleados a nivel mundial se mantendrá estable en unos 183 millones en 2024, lo que supone una disminución de 44 millones respecto a los niveles de 2020 y se sitúa por debajo de los 194 millones registrados en 2019.
Pese a estas cifras positivas, el informe subraya la persistente falta de oportunidades laborales. La OIT estima que el "déficit de empleo", que incluye a las personas sin trabajo que desean trabajar, alcanzará los 402 millones en 2024, frente a los 399 millones de 2023, aunque por debajo de los 422 millones de 2019.
Desigualdad y justicia social
El director general de la OIT, Gilbert Houngbo, ha destacado que, a pesar de los esfuerzos globales para reducir las desigualdades, el mercado laboral sigue siendo desigual, especialmente para las mujeres.
"Debemos situar la inclusión y la justicia social en el centro de nuestras políticas e instituciones. De lo contrario, no alcanzaremos nuestro objetivo de garantizar un desarrollo fuerte e integrador", afirmó Houngbo.
El informe de la OIT subraya la necesidad de políticas más inclusivas para abordar las desigualdades persistentes en el mercado laboral y garantizar un desarrollo económico más equitativo a nivel mundial.
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