El embajador de EE.UU. advierte a pandilleros que enfrentarán cárcel o muerte mientras el despliegue internacional sigue siendo incierto
La violencia en Haití continúa escalando, sumiendo al país en un estado de inseguridad cada vez más crítico. En las últimas horas, una directora de escuela fue asesinada y una docena de personas secuestradas por pandilleros, según reportes locales.
El embajador de Estados Unidos en Haití, Dennis Hankins, advirtió a las bandas criminales con un mensaje contundente: “Los pandilleros tendrán que elegir entre la cárcel y el cementerio”. Esta declaración se produjo en medio de una creciente tensión, con la población haitiana atrapada en una espiral de violencia que parece no tener fin.
A pesar de las promesas de apoyo internacional, la situación sobre el terreno pinta un panorama sombrío. Estados Unidos ha asegurado que los militares kenianos liderarán una fuerza multinacional para asistir a la policía nacional haitiana en la lucha contra los grupos armados. Sin embargo, la realidad muestra que la intervención efectiva aún está lejos de materializarse.
Desde el 23 de abril, la Fuerza Aérea de EE.UU. ha estado transportando equipos de combate y logística diversa a Haití. Además de los militares, también se ha reportado la presencia de mercenarios operando bajo el disfraz de contratistas.
De los 300 millones de dólares prometidos para pacificar Haití, solo se ha recaudado una pequeña fracción, menos de 20 millones, de los 120 millones comprometidos por Estados Unidos. La ONU ha instado a los Estados miembros a contribuir más generosamente para cubrir el déficit.
En Puerto Príncipe, la directora de la escuela Hermanas de Santa María de los Ángeles, Petit Papa Garcia Dominique, fue brutalmente asesinada. Los asaltantes la golpearon y dispararon mientras ella intentaba salir de su vehículo.
Un alto funcionario del gobierno de Joe Biden, que prefirió permanecer en el anonimato, reveló que el coste real de la misión de intervención en Haití oscila entre 515 y 600 millones de dólares en dos años, sin contar las necesidades adicionales sobre el terreno.
La violencia no cesa. En Puerto Príncipe, la directora de la escuela Hermanas de Santa María de los Ángeles, Petit Papa Garcia Dominique, fue brutalmente asesinada. Los asaltantes la golpearon y dispararon mientras ella intentaba salir de su vehículo.
Estos ataques se suman al creciente número de instituciones educativas atacadas, quemadas y saqueadas por los delincuentes.
En otro incidente, una docena de trabajadores fueron secuestrados en la terminal de Varreux, y los secuestradores exigen un rescate de 500 mil dólares.
Estos crímenes se producen en un contexto de indignación por la reciente muerte de tres misioneros extranjeros: Natalie Lloyd, Davy Lloyd y Jude Montis. Estos fueron emboscados y asesinados en un violento enfrentamiento entre pandillas.
La hija del congresista de Missouri, Ben Baker, Natalie Lloyd, y su yerno, Davy Lloyd, fueron víctimas de este brutal ataque. Jude Montis, un haitiano-dominicano, también perdió la vida cuando las pandillas irrumpieron en el orfanato donde trabajaba.
La situación en Haití sigue deteriorándose, y la comunidad internacional enfrenta un desafío urgente para restaurar la seguridad y el orden en la nación caribeña. Con datos de Prensa Latina