La violencia, el desempleo y la disminución empresarial auguran un 2024 que sumará su sexto año consecutivo de crecimiento negativo
La recuperación económica de Haití en 2024 parece una meta inalcanzable debido a la violencia persistente, el aumento del desempleo y la continua recesión en el ámbito empresarial. El académico haitiano Enomy Germain advirtió que el país enfrenta su sexto año consecutivo de crecimiento negativo, principalmente debido a la inseguridad que bloquea el comercio de manera sistemática.
Germain, exprofesor del Centro de Técnicas de Planificación y Economía Aplicada, explicó que la contracción económica de 2023, con un Producto Interno Bruto (PIB) negativo del 1,9 por ciento, complica aún más las perspectivas para el año en curso. Los retos incluyen una inflación descontrolada, problemas en el suministro y distribución de productos petrolíferos, y una moneda nacional en depreciación constante, todo agravado por un clima de inseguridad persistente.
Estos factores ponen en peligro la implementación de programas y proyectos cruciales para alcanzar objetivos de crecimiento y reducción de la pobreza. La inversión privada ha retrocedido significativamente y el lento ritmo del Programa de Inversión Pública impide que estos elementos actúen como motores de crecimiento.
Las exportaciones, que representan alrededor del 40 por ciento del PIB de Haití, cayeron un 21,6 por ciento en los primeros cinco meses del año pasado. Productos clave como textiles, cacao, café y mango, que se exportan principalmente a Estados Unidos, Canadá, México, Tailandia y Francia, han visto reducidas sus ventas internacionales.
Las exportaciones, que representan alrededor del 40 por ciento del PIB de Haití, cayeron un 21,6 por ciento en los primeros cinco meses del año pasado. Productos clave como textiles, cacao, café y mango, que se exportan principalmente a Estados Unidos, Canadá, México, Tailandia y Francia, han visto reducidas sus ventas internacionales.
Además, los fenómenos naturales derivados del cambio climático siguen impactando negativamente la economía. El Índice General de Precios al Consumidor subió de 373,6 por ciento en febrero a 391,3 puntos en marzo, exacerbando la crisis humanitaria y exponiendo a la población a los efectos de la hiperinflación.
El Instituto Haitiano de Estadística e Informática destaca que el aumento mensual de los precios, un 4,7 por ciento en marzo frente al 3,1 por ciento del mes anterior, agrava la situación de muchos sectores económicos que apenas están operando, con el cierre de puertos y aeropuertos ralentizando las actividades comerciales.
Para revertir esta crisis, el informe del instituto sugiere que es vital alcanzar la estabilidad política, erradicar la violencia de las pandillas y desbloquear las principales carreteras para permitir el transporte de mercancías y el movimiento de personas.
Las remesas: Un pilar fundamental en medio del caos
En medio de esta crisis, las remesas enviadas por la diáspora haitiana continúan siendo un soporte vital para la economía del país. El Banco de la República de Haití (BRH) informó que estos envíos representaron el 20 por ciento del PIB en 2023, alcanzando los 3.280 millones de dólares, aunque con una ligera disminución del 3,8 por ciento respecto al año anterior.
Los depósitos en dólares en bancos comerciales aumentaron un 23,4 por ciento entre 2021 y 2023, reflejando la relación entre la inestabilidad política y la desconfianza de los agentes económicos. Los depósitos convertibles en moneda extranjera sumaron aproximadamente 3.600 millones de dólares, con las mayores contribuciones provenientes de haitianos en Chile y Brasil.
El envío de remesas representaron el 20 por ciento del PIB en 2023, alcanzando los 3.280 millones de dólares
Las remesas se utilizan para cubrir necesidades básicas como alimentos, vivienda, salud y educación, aunque no son una solución definitiva para la crisis económica del país. A pesar de representar menos del 20 por ciento del PIB en los cálculos más recientes, las remesas siguen siendo una fuente de ingresos vital, proporcionando al país cuatro veces más fondos que las exportaciones y casi 100 veces más que la inversión extranjera directa.
El economista Etzer Emile señala que Haití es uno de los países más dependientes de las remesas en el mundo, lo que refleja una economía en estado crítico, sin dinamismo ni diversificación, incapaz de generar riqueza de manera autónoma. Aunque las remesas aseguran la supervivencia de las familias, su impacto en el crecimiento económico y el empleo es limitado.
La emigración y la desesperanza
Ensombrecido por la violencia de pandillas, secuestros y hechos de sangre, Haití experimenta una significativa emigración, con más de 1,2 millones de haitianos viviendo en el exterior, principalmente en Estados Unidos. El panorama económico está marcado por un creciente índice de desempleo y un decrecimiento de las actividades empresariales debido a la recesión.
La combinación de estos factores pinta un futuro sombrío para Haití, donde la estabilidad económica parece una meta cada vez más distante. Con datos de Prensa Latina