Uno de cada cuatro trabajadores del sector agrícola europeo son migrantes víctimas de explotación laboral, según estudio
Un estudio reciente titulado 'Esenciales pero invisibles y explotados', realizado por investigadores del Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones (IUEM) de la Universidad Pontificia Comillas y de Oxfam Intermón, ha sacado a la luz una realidad alarmante: aproximadamente uno de cada cuatro trabajadores del sector agrícola europeo son migrantes víctimas de explotación laboral y abusos de derechos.
Con más de 2.4 millones de personas migrantes trabajando en la cosecha de frutas y verduras en Europa, la investigación revela una "violación sistémica" de los derechos de estos trabajadores en nueve países estudiados. Se destaca que muchos más podrían estar sufriendo abusos, ya que algunos trabajadores son empleados de forma no estacional, contratados a través de agencias intermediarias o carecen de documentos legales.
Condiciones inhumanas
El estudio expone las duras realidades que enfrentan estos trabajadores, desde salarios inferiores al mínimo legal hasta alojamientos precarios y superpoblados. Muchas mujeres trabajadoras reciben salarios más bajos que sus colegas masculinos, reflejando una "crónica desigualdad de género".
Además, se documentan casos de abuso sexual, violencia en respuesta a huelgas y chantaje sexual por parte de supervisores de alojamiento.
Desafíos para la salud y seguridad
Los trabajadores migrantes a menudo carecen de acceso a servicios de salud debido a barreras administrativas y lingüísticas, así como a la falta de una dirección fija para registrarse en los sistemas de salud.
Se reportan accidentes frecuentes y lesiones graves debido a la falta de formación y equipo de protección adecuados, con casos extremos como la muerte de un trabajador por deshidratación en condiciones de calor extremo.
Persistencia de la crisis
El estudio también pone de relieve la persistencia de la crisis, subrayando cómo la situación se ve agravada por la falta de acceso a la justicia y la compensación para los sobrevivientes de abusos laborales.
Además, destaca la responsabilidad de las empresas en toda la cadena de suministro para prevenir y abordar las violaciones de los derechos humanos.
Esperanza en la legislación
A pesar de estas sombrías realidades, hay esperanza en la nueva legislación de la UE sobre cadenas de suministro, que tiene el potencial de poner fin a la explotación si se implementa adecuadamente.
Sin embargo, esto requerirá un compromiso serio por parte de los países europeos para garantizar que se respeten y apliquen las normas laborales y sociales.
Un llamado a la acción colectiva
Los investigadores instan a los líderes europeos a tomar medidas concretas para abordar esta crisis, incluida la transposición e implementación adecuada de la nueva legislación de la UE sobre cadenas de suministro.
Además, abogan por garantizar la participación de los trabajadores migrantes en estructuras sindicales, proporcionar formación en un idioma comprensible y asegurar que las ayudas de la Política Agraria Común (PAC) tengan en cuenta el respeto de normas laborales y sociales.
En última instancia, este estudio sirve como un llamado a la acción colectiva, instando a los gobiernos, las empresas y la sociedad en su conjunto a tomar medidas concretas para abordar la explotación y la precariedad laboral en el sector agrícola europeo.
Solo mediante un esfuerzo concertado y coordinado se podrá lograr un cambio significativo y duradero para garantizar que todos los trabajadores sean tratados con dignidad y justicia.Con datos de Europa Press.