Es imposible en la configuración mundial actual pretender ignorar la influencia y trascendencia de estos tres países.
La alianza estratégica de Irán, China y Rusia es una formidable estructura política, económica, tecnológica y militar que ha obligado a Occidente a revisar y actualizar sus dispositivos de seguridad comenzando con el reequipamiento y modernización.
Ello ha generado también, la conformación de un “equilibrio” en la lucha tenaz por el control del mundo con las innumerables tecnologías que las grandes naciones aplican dirigidas a crear un escudo de protección de sus intereses e integridad.
Es imposible en la configuración mundial actual pretender ignorar la influencia y trascendencia de estos tres países, con incidencia notable en Occidente y dueños, además, de una poderosa estructura armamentista y militar.
El liderazgo que ejercen ellos tres es de tal magnitud que ni siquiera la prensa conservadora estadounidense deja de reconocer el espacio que han venido captando en las complejas esferas del poder y sus instituciones.
Se trata de una iniciativa de largo alcance en que la República Popular China, la Federación Rusa y la República Islámica de Irán, están decididos a ir más allá del simple protocolo de confraternidad, acercamiento y buena convivencia. Y eso, por sí solo, crea enormes interrogantes en los círculos de poder de Washington y sus tradicionales aliados occidentales.
En estos momentos, China está inmersa en novedosos proyectos de investigación y creación de tecnologías alrededor del espacio lunar y en la producción de arroz en invernaderos partiendo del uso de energía solar no convencional.
La expansión de la economía del gigante asiático no para de crecer incluyendo áreas productivas y los inventos centralizados en tecnologías de punta para la defensa territorial y espacios aéreos.
Ese poderosísimo eje triangular Beijing-Moscú-Teherán, gigantesco en términos demográficos, con una población en conjunto que representa 1.500 millones de habitantes y con 29 millones de kilómetros cuadrados y una economía, que, en conjunto, representa el 22% del PIB mundial.
China y Rusia, que son parte componente del exclusivo club nuclear y miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, con el respectivo derecho a veto.
La expansión de China sigue creciendo alrededor del mundo con cuantiosas inversiones en Europa, Asia, Estados Unidos y América Latina.
Poderío Militar
La capacidad de una respuesta militar eficaz y certera que tienen esas tres naciones tanto aérea, terrestre o naval no puede ser subestimada ni siquiera por los cerebros y estrategas del Pentágono y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), brazo militar de las naciones occidentales.
Y la cooperación estratégica entre los gobiernos de China, Rusia e Irán cada vez adquiere mayor dimensión y su objetivo primario busca conformar un mundo enfocado en la multipolaridad.
Los lazos económicos, culturales y políticos que vienen promoviendo en zonas olvidadas por occidente, que anteriormente, eran parte de su base hegemónica les reportan buenos dividendos.
Mientras EE. UU. y sus tradicionales aliados europeos se concentran en una política mundial de seguridad en su “guerra global contra el terrorismo “, los rusos, chinos y los iranies enfilan sus cañones para auspiciar relaciones hacia territorios como Siria, Irak y Latinoamérica.
El Canciller iraní Mohamad Yavad Zarif junto a un grupo de empresarios de su país realizaron una gira en 2016 que incluyó Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Ecuador y Chile. Ese periplo fue interpretado en círculos políticos y diplomáticos como una iniciativa del régimen de Irán de acercarse al continente americano.
Potencialidad de China
Xi Jinping, presidente y líder chino tras la firma de un histórico acuerdo de suministro de gas ruso a China, por 400 mil millones de dólares, destacó los alcances de la cooperación entre ambas potencias.
Una lectura de la dimensión geoestratégica que supone ese acercamiento iraní-ruso-chino es que por primera vez las tres potencias nucleares rubrican protocolos que van más allá de la mera intención política.
En cambio, Irán y China tienen magníficos vínculos y actualmente el gigante asiático construye diversas obras de infraestructuras en suelo iraní que incluyen puertos, ferrocarriles y también venta de gas y petróleo.
La más reciente visita de un líder iraní a Latinoamérica ocurrió en junio de 2023, cuando su entonces presidente, Ebrahim Raisi, emprendió una gira por Venezuela, Nicaragua y Cuba, reuniéndose y firmando varios acuerdos interinstitucionales y estratégicos con sus homólogos Nicolas Maduro, Daniel Ortega y Miguel Diaz Canel, respectivamente.
Ese periplo fue visto con preocupación en los círculos de poder de Washington, según trascendió en medios periodísticos estadounidenses.
Desde el 19 de mayo de 2024, el actual presidente de Irán es Mohammad Mojber, quien asumió el cargo tras la muerte de Ebrahim Raisi en un accidente de helicóptero.
Barcos rusos en Cuba
El Departamento de Estado y el Pentágono dicen que no representa un peligro para la seguridad de Estados Unidos, los recientes ejercicios y movilidad de barcos militares rusos en las costas de Cuba.
Asimismo, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, advirtió que el uso de armas suministradas por occidente a Ucrania agudizará el conflicto iniciado el 24 de febrero de 2022.
Putin apoya a Trump
En otro escenario, el carismático líder ruso salió en defensa del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, indicando que el proceso judicial que se le sigue es una retaliación política en su contra.
Y dijo: “Para todo el mundo es evidente que la persecución judicial de Trump, sin pruebas, es un uso del sistema judicial para la lucha política”.
Artículo de Manuel Díaz Aponte
manueldiazaponte @gmail, com