En un encuentro a puerta cerrada con sacerdotes, el Pontífice aborda la necesidad de acoger y acompañar a las personas homosexuales, pero aconseja cautela sobre su ingreso en los seminarios
ROMA, 11 Jun. (EUROPA PRESS) – En una reunión a puerta cerrada con unos 200 sacerdotes, el Papa Francisco volvió a tratar el tema de la admisión de personas homosexuales en los seminarios. Según los medios italianos 'Il Corriere della Sera' y 'Repubblica', el Pontífice expresó que en el Vaticano "se respira un ambiente de mariconería" y señaló que aunque "los gays son buenos chicos, mejor que no" ingresen en el seminario.
El Vaticano informó a través de un comunicado que en este encuentro el Pontífice llamó a la Iglesia a acoger a los homosexuales, pero pidió "prudencia" respecto a su eventual ingreso en los seminarios.
Hace menos de dos semanas, el Pontífice pidió disculpas por haber afirmado en una reunión con obispos italianos, también a puerta cerrada, que hay "mucho mariconeo" en los seminarios.
Este martes, poco después de las 16:00 horas, Francisco salió del Vaticano y se trasladó en coche a la Universidad Pontificia Salesiana. Entre los temas tratados con los sacerdotes, con entre 11 y 39 años de ordenación, el Papa abordó cuestiones pastorales relacionadas con la diócesis, así como el papel y la identidad del sacerdote.
Según el Vaticano, se destacó la cuestión del sufrimiento de las personas, que debe ser acompañado con cercanía, compasión y ternura. También se discutió la importancia de la pastoral hospitalaria, las dificultades de la ciudad de Roma, la emergencia habitacional, la difusión de la droga, el drama de la soledad y el sufrimiento invisible.
Francisco también abordó la situación actual en Europa y el mundo, incluyendo las guerras en Tierra Santa, Ucrania, Birmania y el Congo, así como las enormes inversiones en armas, anticonceptivos, gastos veterinarios y cirugía estética.
En este sentido, instó a trabajar en el magisterio social de la Iglesia y por la paz. Finalmente, lamentó los "tiempos de desconexión y abstencionismo" en la política, que definió como "la forma más alta de caridad".