El llamado "segundo evento anóxico oceánico" (OAE 2), resultó en extinciones masivas tanto en los océanos como en la tierra firme
La Universidad de Exeter ha realizado un estudio revelador sobre las causas del segundo evento anóxico oceánico, un fenómeno que provocó un significativo calentamiento y acidificación de los océanos hace 94 millones de años.
Este estudio, publicado en Nature Communications, atribuye este evento a una serie de pulsos de vulcanismo masivo, desentrañando uno de los misterios más importantes del registro geológico.
El llamado "segundo evento anóxico oceánico" (OAE 2), fue una de las catástrofes climáticas más significativas, resultando en extinciones masivas tanto en los océanos como en la tierra firme. Durante estos eventos, grandes extensiones de océanos quedaron sin oxígeno disuelto, generando aguas tóxicas y la consiguiente pérdida de hábitat y biodiversidad.
La duración de más de 500.000 años de este evento anóxico ha sido objeto de intensos debates entre los científicos. No obstante, los investigadores de Exeter han identificado al vulcanismo masivo como el probable desencadenante, señalando la vasta meseta oceánica bajo las remotas islas Kerguelen como la fuente principal de esta actividad volcánica.
Para su estudio, el equipo analizó datos geoquímicos y micropaleontológicos de núcleos de sedimentos oceánicos de la cuenca de Mentelle, frente a la costa de Australia Occidental, obtenidos por el International Ocean Discovery Program. Estos núcleos revelaron evidencias de mercurio sedimentario, indicando significativos "pulsos" de vulcanismo antes y durante el evento anóxico principal.
Los investigadores de Exeter han identificado al vulcanismo masivo como el probable desencadenante, señalando la vasta meseta oceánica bajo las remotas islas Kerguelen como la fuente principal de esta actividad volcánica.
Los isótopos radiogénicos de neodimio y estroncio también mostraron que la meseta de Kerguelen, que estaba más cerca de la cuenca de Mentelle durante el Cretácico, se elevó como resultado de la actividad volcánica. Los investigadores sugieren que esta intensa actividad volcánica liberó grandes cantidades de dióxido de carbono, cruciales para el calentamiento climático y la acidificación oceánica.
Chloe Walker-Trivett, quien dirigió la investigación, destacó la importancia de este enfoque desde el hemisferio sur, que ha proporcionado una nueva perspectiva sobre OAE 2. "Nuestro sitio de estudio en alta latitud sur durante el Cretácico medio nos ha permitido identificar el vulcanismo de Kerguelen como el desencadenante probable", afirmó.
Sev Kender, coautor del estudio, añadió que detectar el momento del vulcanismo masivo en el pasado geológico es vital para entender el cambio climático futuro. La innovación del equipo radicó en combinar indicadores de mercurio con isótopos radiogénicos, demostrando que la Gran Provincia Ígnea de Kerguelen se estaba elevando durante el vulcanismo activo, descartando otras provincias volcánicas anteriormente consideradas como causantes. Con datos de Europa Press