El presente artículo lo escribo con respeto y amor.
Por: Luis E. Molina.
Hola, amigo lector, si eres heterosexual, homosexual, bisexual, binario, no binario, pansexual, etc., pero crees en el amor y la familia, en la unión y los valores, lee este artículo que es una denuncia de lo que está pasando y el objetivo de un grupo de enfermos que se escudan detrás del justo movimiento LGBTTTIQN+
He dedicado horas, días, meses, leyendo y viendo todo este movimiento que se escuda en la aceptación, en la igualdad, en la percepción, en las fobias, en el odio, en la falta de aceptación que un grupo de enfermos esconden, detrás del movimiento LGBTTTIQN+, un grupo de personas que detrás de una lucha que es legítima esconden sus intenciones de acabar con nuestros valores, liberar sus deseos oscuros, e ir contra nuestro sistema de valores y nuestra forma de pensar.
Este artículo busca denunciar a este grupo de enfermos y no a toda la comunidad, y lo hago sin miedo porque la homofobia no es mi razón de actuar.
Acepto que un hombre se sienta atraído por un hombre y que lo mismo pase entre dos mujeres; ellos son una creación de Dios como yo.
Pero también acepto la forma de pensar de los que piensan diferente a mí, pero siempre y cuando su forma de pensar no quiera imponerse sobre la realidad.
Fíjense que no uso la frase de que no se me quiera imponer su forma de pensar, pues esto es obvio. Me refiero a imponerse sobre la realidad.
Pues cuando ciertos sectores del movimiento transgénero, transespecie, transraza, transamor, transtonteria, transedad, translocura, transestupides.
Quieren que se imponga la locura, algo que no es verdad, me es imposible participar en esa tontería, pues no puedo vivir bajo la mentira y la falta de lógica, pues eso nos llevará a algo peor.
Vemos cómo esta locura colectiva se está saliendo de control y al principio no entendía, pensé que era una broma, cuando vi qué personas invertían tiempo en discusiones estériles como que es un hombre y que es una mujer,
Desde el punto de vista biológico porque puedes percibirte, sentirte, vestirte como desees para mí está bien, de hecho no es mi problema.
Cuando piensas claro, como pienso yo, no tienes dudas, no espacio para dudas ni para discusión.
Pero pronto me di cuenta de lo que está detrás de esta locura.
Muchas personas (no todos) buscan escondido detrás de la tolerancia que se imponga su locura. Estas personas lo que necesitan es un tratamiento médico con especialistas en trastornos mentales que los puedan ayudar. Pero aclaro que no me refiero a la comunidad LGBTTTIQN+ que respeto es a un grupo que se está escudando detrás de esta justa lucha.
Estas personas son los verdaderos intolerantes y buscan destruir la familia, que todos vivamos en la locura, para que su locura obtenga una falsa validación.
Ellos tienen suerte, pues las buenas personas del mundo, como tú y como yo, no los perseguimos, los tratamos de entender y estamos dispuestos a integrarlos a nuestro mundo, a nuestra sociedad.
El problema es que a ellos les molestamos nosotros, nos encuentran como todo lo malo del mundo, se preguntan por qué no pensamos como ellos y porque creemos en conceptos que van contra la naturaleza de su enfermedad.
Tenemos que entender que estas personas sufren de un trastorno, no de una forma de pensar, y en países como Estados Unidos y Canadá han llevado a estos países a un nivel de locura, que se demuestra en la decadencia de su sociedad.
Si tienes más de 40 años, amigo lector, recordarás porque los Estados Unidos eran un referente y porque el sueño americano era la meta que todos queríamos alcanzar.
Se basaba en esa imagen idealizada de una casa en los suburbios, con una familia, una pareja e hijos, pero ahora de esto no queda nada, solo la depravación.
El ejemplo más claro de esta locura se vive en Canadá, donde un amigo me contó que cuando fue a inscribir a su hijo en el colegio, le preguntaron cómo querían que lo llamara si él, ella, elle, y él respondió “niño”.
Otro ejemplo fue un padre que vio como su hija de 7 años compartía la clase de natación y los vestidores con John, una persona inofensiva que se percibe como una niña de 10 años. Cuando el padre protestó, fue desalojado del local, y acusado de intolerante.
Al parecer John es inofensivo, solo se percibe como una niña de 10 años. El problema no es él, la realidad es que un adulto no puede compartir vestidores con niños, pues podría haber otras intenciones: no es odio, es precaución.
Pero la locura llegó al Cono Sur, pues esta anécdota, sea verdad o no, supuestamente ocurrió en Argentina, donde un preso se consideraba mujer y fue transferido a una cárcel de mujeres, donde se dio vida y embarazó o violó a varias de las internas, que sé yo.
Los canadienses se creen modernos, tolerantes, pero la verdadera tolerancia sería decirle a los niños que existen personas que se perciben diferentes y que ellos podrán elegir esto con el tiempo y que por ahora como tienen un pene le dirán niño y si tienen vagina niña, pero que cundo estos tengan su mayoría de edad pueden elegir.
No tengo problema con las personas del Canadá, solo le pido a Dios que me mantenga lejos de esta locura, al igual que me mantenga lejos de los evangélicos furibundos, los musulmanes extremistas, los católicos en calzoncillos, los judíos que asesinan inocentes y todos los extremos y locos que respiran el mismo aire que yo.
Para mí, la familia no es lo representado por un hombre y una mujer, es algo más amplio que incluye todas las preferencias sexuales que buscan comprensión, amor, compartir, luchar juntos, protegerse, amarse, quererse, ser personas de bien,
Para mí una familia, puede ser un hombre con un hombre, una mujer con una mujer, lo único que tiene que existir es amor.
Pero estos enfermos esto les molesta, piensan que eso invalida su locura, quieren que experimentes, si eres una joven de 14 años empiezas a ser influenciado por las acciones de tus ídolos de la sociedad occidental que te piden que explores tu cuerpo, que te conozcas que experimentes, como si eso fuera una prioridad.
Cientos de jóvenes en todo el mundo que son influenciables y en etapa de formación están experimentando sin ninguna necesidad, con consecuencias irreparables, pues el daño es latente y real.
En las redes sociales se ve esta locura como aristas que se declaran con X o Y abominación y luego a los meses cambian de opinión como si preferencia sexual fuera como cambiarse un calzón.
Pero lo que han hecho es hacerle daños a aquellos que los siguen y transitan con ellos este camino, para luego darse cuenta de que fue solo el capricho de estas personas que actúan sin responsabilidad.
La percepción de una persona no es absoluta, tiene limitaciones que imprime cada sociedad, por ejemplo los musulmanes no aceptan la homosexualidad, no estoy de acuerdo con los musulmanes, yo soy católico, creemos en la tolerancia y el amor, pero que quieren que hagamos que impongamos nuestros valores a los 1500 millones de seres humanos que profesan esa Fe.
Cuando los gobiernos de Europa, Estados Unidos y Canadá nos hacen creer que la agenda LGBTTTQNI+ se trata de los derechos de los homosexuales y nos piden comprensión, no nos advierten de que en estos grupos existen personas enfermas que buscan algo más.
Ya no se trata de preferencia sexual, ahora es de idioma inclusivo, de que en los deportes compitan hombres transgéneros con mujeres biológicas, de que las mujeres transgéneros son simplemente mujeres, no hombres que se perciben como mujeres, por citar ejemplos de lo que de verdad se esconde en esta lucha por reivindicaciones que es una depravación total.
Miren, los pasos son sencillos, primero te confunden que es un hombre y que es una mujer y luego que esta confusión es aceptada, vamos al siguiente paso que es que aceptes que la mujer biológica no es una madre, solo una donadora de óvulos, algo sin importancia real.
En vez de enseñarles cosas importantes, se concentran en una tolerancia sin límites, a las personas diferentes, cuando deben concentrarse en explicarles qué deben analizar y ellos llegan a una conclusión.
Todo es por pasos, el primer paso es confundirte sobre que es un hombre y que es una mujer, luego que es una madre y que es un padre, y luego gradualmente te convencerán de que un hombre puede considerarse una vaca, y lo aceptarás.
Pero, el día menos pensado irá a la escuela y un depravado de 50 años que se considera un niño estará durmiendo, jugando, y compartiendo con tus hijos y pronto, como se considera un niño, podrá besarlo, luego casarse y eso se considerará normal.
La enfermedad mental de estas personas no tiene nada que ver con la preferencia sexual, una cosa es un hombre que se siente atraído por los hombres, o por hombres y mujeres, y otra cosa es cuando esta misma persona se cree una mujer de verdad y cuestiona a las personas por no compartir su enfermedad.
Mientras el occidente dedica tiempo a esta locura, en el resto del mundo nos miran con horror. Quizás ellos estén equivocados, pero nosotros también.
Así que, como defensor de los derechos humanos, lo cual es un camino de dos vías, les pido tolerancia hacia la realidad a aquellos que dirigen el gran ataque hacia nosotros que vivimos en la realidad y no en la percepción.
Nota al lector: Me disculpan si en algo me equivoco, confundo una definición, pero les pido que vean cuál es mi preocupación y piensen en que debemos prestarle atención a este problema.
- Luis E Molina.
- Especialista en Comunicaciones, con especialidad en gestión de ONG. Columnista, Productor Audiovisual, Especializado en proyectos, ha escrito como colaborador para el Listin Diario, Periodico el Siglo y La desparecida Revista Ahora.