Las creencias de los taínos siempre estuvieron reflejadas en sus dioses.
Por Mildileidy Solano
Los taínos a lo largo de la historia se han presentado como personas inocentes o que su desarrollo cognitivo es escaso, esto es antes de la conquista por parte de España (no descubrimiento) de la isla Quisqueya. Esta creencia se ha alimentado de las anécdotas populares de ellos en medio de la conquista, una de ellas, es que fueron muy ingenuos (o tuvieron un pensamiento muy absurdo) por optar “cambiar el oro por unos simples espejos". Pero no todo fue así, antes de la invasión española, los taínos tenían sus propias creencias, jerarquías y su cultura.
Las creencias de los taínos siempre estuvieron reflejadas en sus dioses, los cuales eran llamados por ellos “cemíes”. Dichos dioses se comunicaban con ellos y les servían de guía en sus vidas. Estos dioses tenían la particularidad de que se reflejaban (manifestaban o creaban) de diversas formas, dígase, madera, piedra. Según los taínos, los cemíes de madera se hacían de la siguiente manera: “: cuando alguno va de camino dice que ve un árbol, el cual mueve la raíz; y el hombre con gran miedo se detiene y le pregunta quién es. Y él le responde: "Llámame a un behique y él te dirá quién soy" (Pane, p 41). Luego de esto, el behique (quien era un sacerdote o chamán) iba a donde estaba el árbol y se comunicaba con el cemí y le preguntaba de qué forma quería que lo representase. Cuando este dios le responde, el behique corta la rama y le da la forma que el dios le había dicho. En cuanto a las de piedra, estas se hacían de diversas formas.
Un dato muy interesante de esta cultura es la concepción que los primitivos habitantes de la isla tenían acerca de la creación del sol, la luna y el mar. Ellos creían que el sol y la luna se originó en una cueva. Esta cueva se encontraba en el país que ocupaba un cacique llamado Mautiahuel y que la cueva se llamaba Iguanaboína. La percepción que ellos tenían sobre el sol era muy distintiva: pensaban que a menudo este se “llevaba” a las personas. Esta creencia nace cuando un día encargaron a un hombre llamado Mácocael a que cuidara una cueva. El hombre un día demoró en volver a la cueva y por eso decían que se lo llevó el sol. A partir de ahí, los pobladores de esta isla tenían sumo cuidado con el sol, se cuidaban más de él poniendo piedras para tapar las cuevas de donde habitaban.
En cuanto al mar, los tainos creían que fue hecho por la caída de una calabaza que poseía peces (los cuales eran huesos). Dicha calabaza tenia tanta agua que cuando cayó inundo la tierra y de esa forma se formo lo que hoy en día conocemos como mar.
Todas estas creencias de estas personas cambiaron de repente por causa de la conquista española. El Almirante Cristóbal Colón se encargó de erradicar esa cultura nativa taína. Este dispuso de sacerdotes para adoctrinar a los taínos, imponiendo su religión, la católica. Uno de estos sacerdotes fue el fray Ramon, quien se encargó de adoctrinar (por obligación a cada taíno que tenía cerca o en su defecto, viajaba para adoctrinar). Fray Ramon viajó a la provincia de Magdalena, ahí se encontró a Guanáoboconel. En dicho encuentro se propuso a cambiar el pensamiento a todos los habitantes de la casa por medio de su religión. Aquí logró su cometido, bautizó a personas de esa casa. Sin embargo, en dicha provincia no todos respondieron de esa forma debido a las diferentes lenguas, pero Cristóbal Colón tuvo una “brillante” idea: que el fray conviviera con los taínos para que este los convirtiera a la fe católica. A este fray le encantó la idea (para variar) y llevó consigo a un cacique llamado Guarionex, debido a que este cacique hablaba las dos lenguas de manera entendible, la taína y la española. Sin embargo, Guarionex no duró mucho bajo esa doctrina. Al momento de cumplir dos años volvió a sus creencias taínas, lo que decepcionó al fray y provocó que saliera de allí.
La palabra adoctrinamiento era muy usada por dicho fray. Los españoles tenían ese aire de sentirse “superior”. Consideraban que su fe católica era más importante que las deidades tainas. Por esto cada vez que tenían la oportunidad de moldear a los taínos empezaban por querer modificar su forma de pensar, puesto que, creían que si les cambiaban sus creencias, estos les serían más leales y que iban a soportar más el maltrato que de una u otra forma recibían al momento de saquear la isla.
Como quisqueyana es en cierto “desconcertante” ver las situaciones que pasaron mis antepasados por vivir en una isla rica en oro. Los españoles tenían el entendimiento de que los taínos eran personas ignorantes, menospreciando sus creencias por ser diferentes al resto de Europa. Además de esto, pretendían que era más fácil manipularlos porque según fray Ramon Pane “porque eran propensos a “creer fácilmente (p 55). Sin embargo, no contaron con que algunos no iban a seguir esa misma línea de pensamiento que los colonizadores insistían en dictar, aunque aquellos “rebeldes” sufrieron castigos:
Considero que nunca está demás volver a nuestra historia, a nuestras raíces, nuestros ancestros los tainos. Hay demasiadas cosas que se pueden aprovechar de nuestra historia, no minimizándonos, sino destacando esos aspectos que nuestros ancestros nos dejaron.
Somos dominicanos, somos quisqueyanos hoy y siempre.
Referencia bibliográfica
Pane, F. R. (s. f.). RELACIÓN ACERCA DE LAS ANTIGÜEDADES DE LOS INDIOS.