Inseguridad alimentaria afecta especialmente a niños migrantes y afrodescendientes
América Latina y el Caribe generan un tercio de los alimentos del mundo y representan el 25% de la producción agrícola global, pero más de 43 millones de personas en la región sufren hambre, según Joao Diniz, líder de World Vision para América Latina y el Caribe.
World Vision ha alertado que los niños migrantes y afrodescendientes en la región son los más afectados por la inseguridad alimentaria. Una encuesta regional de la organización reveló que seis de cada diez niños migrantes —incluyendo afrodescendientes e indígenas— han enfrentado inseguridad alimentaria en los últimos seis meses.
Para los menores migrantes, aproximadamente el 40% informó que sus padres o cuidadores han tenido que saltarse comidas o pedir alimentos para alimentar a sus hijos. Además, uno de cada diez niños migrantes solo hace una comida al día. Entre los menores afrodescendientes, tres de cada cuatro reciben menos de tres comidas diarias.
La encuesta también indicó que los bajos ingresos son el principal obstáculo para acceder a alimentos en una región donde seguir una dieta saludable es costoso. Un 30% de los encuestados rara vez come sano en casa y un 18% nunca recibe comida saludable en la escuela. Más de la mitad consume comida basura al menos una vez a la semana y casi dos tercios toman bebidas procesadas de una a tres veces por semana.
Joao Diniz subrayó que el hambre y la malnutrición dañan la dignidad y la salud de millones de niños, forzando a familias a emigrar y a los niños a abandonar la escuela, atrapándolos en redes de trabajo infantil.
Joao Diniz subrayó que el hambre y la malnutrición dañan la dignidad y la salud de millones de niños, forzando a familias a emigrar y a los niños a abandonar la escuela, atrapándolos en redes de trabajo infantil.
La inseguridad alimentaria también tiene graves efectos físicos, cognitivos y emocionales en los menores. Entre los problemas físicos destacan enfermedades respiratorias y diarreicas, y casi el 60% de los encuestados mencionó el cansancio como una consecuencia principal del hambre. Un 12% de los adolescentes y un 7% de los niños entre seis y diez años atribuyen su bajo rendimiento académico a la falta de alimentación.
World Vision también destacó los efectos sobre la salud mental, señalando que los niños entre seis y diez años tienen más probabilidades de sentir tristeza cuando pasan hambre. La inseguridad alimentaria se asocia con emociones negativas como angustia, tristeza, ira, frustración, ansiedad, estrés y desesperación. Con datos de Europa Press