Miriam Germán Brito se despide de la Procuraduría General de la República (PGR) "tranquila", afirmando haber mantenido sus principios por encima de las presiones internas. Según explicó, su gestión de cuatro años estuvo marcada por grandes dificultades. Reconoció que no ganó pero tampoco perdió en su paso por la institución
Germán Brito describió haber enfrentado "descalificaciones internas" y "feroces ataques" carentes de "equilibrio y honestidad". En su rol como máxima representante del Ministerio Público, destacó la falta de reconocimiento de algunos, aunque también agradeció el apoyo de quienes valoraron su trabajo.
En su rendición de cuentas, Germán Brito admitió haber tenido "diferencias irreconciliables" con algunos colegas en la Procuraduría General de la República. Aunque a veces lograron consenso, en otras ocasiones no alcanzaron acuerdos.
A pesar de las diferencias, Germán Brito aseguró que su visión sobre la conducción de la entidad no debía ser compartida por todos. Subrayó que nunca claudicó ante la presión de sectores que ven la justicia como un juego de intereses individuales.
Transparencia y Resistencia en la Procuraduría General
Uno de los retos más difíciles para Miriam Germán Brito fue la transparencia, enfrentándose a "conductas adquiridas y arraigadas". Citó las compras como ejemplo, esforzándose por que fueran lo más legales posible.
Ante representantes de la judicatura, legisladores y miembros del Ministerio Público, Germán Brito señaló que no fue fácil lograr la independencia del órgano persecutor debido a "algunas resistencias". Sin embargo, afirmó que han "avanzado significativamente" en fortalecimiento y autonomía.
Durante la rendición de cuentas en el hotel Intercontinental, Germán Brito se mostró "tranquila" al concluir su periodo de cuatro años como procuradora general. Agradeció a las personas leales, destacando a Dadiana Carreño, su compañera de 20 años.
Miriam Germán Brito destacó los logros y transformaciones de su gestión, subrayando que sus principios se impusieron ante todo.Expresó que la ética no debe estar ausente del servicio público.
Manifestó que su dedicación al sistema de justicia penal se convirtió en una misión de vida, a pesar de los desafíos y recompensas que este camino implica.
La procuradora reconoció que el camino no siempre fue fácil, pero destacó la satisfacción del deber cumplido. Subrayó la importancia de respetar la autoridad de cada fiscal, interviniendo solo cuando era necesario.
Miriam Germán Brito concluyó su gestión reflejando un trayecto lleno de desafíos y logros. Afirmó que su legado es un ejemplo de integridad y un esfuerzo por la continuidad en la Procuraduría General de la República.
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