Crisis carcelaria y violencia pandillera caracterizan la realidad haitiana
Las deplorables condiciones carcelarias en Haití cobraron la vida de 78 reclusos en el segundo semestre de 2024. Mientras tanto, la violencia de las pandillas continúa, con 1,807 personas secuestradas, heridas o asesinadas en el mismo período.
Un informe de la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (Binuh), citado por el diario digital Haití Libre, reveló que en los primeros tres meses del año, 29 reclusos fallecieron. Las causas principales de muerte incluyen la falta de atención médica, condiciones insalubres, desnutrición y escaso acceso a agua potable.
Las cárceles haitianas operan al 401% de su capacidad, con reclusos disponiendo de apenas 0.24 metros cuadrados de espacio, equivalente al tamaño de una silla. Los presos reciben solo una comida diaria, y la atención médica es casi inexistente, con un médico por cada 1,016 reclusos y suministros de medicamentos extremadamente limitados.
El hacinamiento y la prolongada prisión preventiva son problemas críticos. Algunos reclusos llevan más de tres años encarcelados sin juicio por delitos menores, y otros esperan sentencia desde hace una década. La Binuh califica las condiciones penitenciarias como inaceptables y violatorias de los derechos humanos.
La violencia pandillera es otra constante en Haití, con 1,807 personas afectadas en el segundo trimestre de 2024.
La violencia pandillera es otra constante en Haití, con 1,807 personas afectadas en el segundo trimestre de 2024. Según el informe de la Binuh, casi 3,900 personas fueron víctimas de la violencia en los primeros seis meses del año. Un promedio de 4.7 personas son secuestradas diariamente por rescate, con Puerto Príncipe y Artibonite como las áreas más afectadas.
Las pandillas no solo cometen asesinatos y secuestros, sino también delitos sexuales y de género en campamentos de desplazados, transporte público y calles. Entre abril y junio, al menos 49 niños murieron o resultaron heridos en ataques pandilleros o balas perdidas durante operativos policiales. Los menores son utilizados cada vez más por las bandas para actividades delictivas.
Las pandillas también vandalizan, roban e incendian edificios públicos, y han destruido o quemado más de 450 viviendas y negocios, con un promedio de cinco incidentes diarios.
La situación en Haití es una combinación devastadora de crisis carcelaria y violencia pandillera, que requiere atención y acción urgente para mejorar las condiciones de vida y seguridad de sus ciudadanos. Con datos de Prensa Latina.