Garry Conille advierte sobre la lenta respuesta internacional
PUERTO PRÍNCIPE, 9 de agosto (EUROPA PRESS) – Un mes después del inicio de las operaciones internacionales para combatir a las bandas criminales en Haití, el primer ministro Garry Conille ha expresado su creciente preocupación por la lentitud en el despliegue de las fuerzas multinacionales. A pesar de los esfuerzos, el 85% de la capital, Puerto Príncipe, sigue bajo el control de estas organizaciones delictivas.
"La ayuda internacional es crucial, pero su llegada ha sido extremadamente lenta. La situación es alarmante, y la población está cada vez más impaciente", declaró Conille en una entrevista con la BBC. El primer ministro, que asumió el cargo hace seis semanas bajo el mandato del Consejo Presidencial de Transición de Haití, subrayó que la situación en la capital apenas ha mejorado desde el inicio de las operaciones.
La crisis en Puerto Príncipe
Puerto Príncipe sigue siendo una ciudad sitiada por el crimen. Según Conille, "entre un 80% y un 85% de la capital sigue bajo el control de bandas criminales, y la realidad es que hay 600.000 residentes desplazados". La violencia ha alcanzado niveles alarmantes, con más de 200 bandas operando libremente en la ciudad, lo que ha convertido a sus ciudadanos en rehenes en su propia tierra.
El caos en la capital contrasta con la situación en el resto del país. Según el primer ministro, ocho de los diez departamentos de Haití están funcionando "bastante bien" en términos de atención a los desplazados y de provisión de servicios educativos para los niños que han huido de Puerto Príncipe. Sin embargo, la magnitud del éxodo y la necesidad de recursos son desafíos persistentes para el gobierno haitiano.
Una respuesta insuficiente
Conille destacó la insuficiencia de los esfuerzos internacionales para abordar la crisis. "Actualmente, tenemos solo 103 agentes de policía por cada 100.000 habitantes. En comparación, Colombia tiene tres veces más. Es evidente que necesitamos más personal para enfrentar esta situación", subrayó el primer ministro. La violencia en el país ha llevado a 150.000 personas a abandonar Haití en el último año, un éxodo que resalta la gravedad de la crisis.
El primer ministro también lamentó que, a pesar de la importancia de la ayuda internacional, la comunidad global no ha respondido con la celeridad necesaria. "El pueblo haitiano está desesperado. Necesitamos una intervención más rápida y decidida para recuperar el control de nuestra capital y garantizar la seguridad de nuestra gente", insistió Conille.
Un gobierno en transición
Garry Conille asumió el cargo de primer ministro en un momento de profunda crisis para Haití. La nación ha estado sin un presidente desde el asesinato de Jovenel Moise en julio de 2021, lo que desencadenó una ola de inestabilidad política. Ariel Henry, quien sucedió a Moise como primer ministro, renunció en marzo de 2024 tras una escalada de violencia que sumió al país en un caos aún mayor. En este contexto, el Consejo Presidencial de Transición, liderado por Edgard Leblanc, ex presidente del Senado haitiano, designó a Conille como jefe del Gobierno con la tarea de restaurar el orden y la seguridad.
La misión de Conille no ha sido fácil, enfrentando desafíos monumentales en medio de un país fragmentado y desesperado. A medida que las bandas criminales siguen imponiendo su ley en la capital, el gobierno haitiano se encuentra en una carrera contrarreloj para restablecer la seguridad y aliviar el sufrimiento de su pueblo.
La situación en Haití sigue siendo extremadamente crítica, con gran parte de la capital bajo control criminal y la ayuda internacional llegando a cuentagotas. La comunidad internacional enfrenta el desafío de intensificar sus esfuerzos para apoyar al gobierno haitiano en su lucha por restaurar la paz y la seguridad en un país que continúa al borde del abismo.