La investigación del PNUD y Medio Ambiente revela ventajas sociales, financieras y ambientales de mejorar la producción de café y cacao
Santo Domingo.-Un estudio del Ministerio de Medio Ambiente y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) revela que la implementación de una gestión sostenible en los sectores cafetalero y cacaotero podría desencadenar un auge económico sin precedentes en la República Dominicana.
Esta investigación, pionera en el país, presenta dos escenarios contrastantes: uno de negocio habitual, que perpetúa la degradación ambiental, y otro de gestión sostenible, que promete multiplicar las ganancias mientras preserva los ecosistemas.
El análisis destaca que, en el sector del café, una inversión en gestión sostenible podría generar ganancias netas de USD 50,000 por hectárea en 15 años, superando con creces la inversión inicial.
En el caso del cacao, la adopción de estas prácticas a nivel nacional podría transformar USD 460 millones en beneficios netos de hasta USD 2,300 millones en un período de 19 años.
Esta investigación, pionera en el país, presenta dos escenarios contrastantes: uno de negocio habitual, que perpetúa la degradación ambiental, y otro de gestión sostenible, que promete multiplicar las ganancias mientras preserva los ecosistemas.
Esta metodología, desarrollada por el PNUD, se convierte en una herramienta fundamental para tomar decisiones informadas que alineen la producción agrícola con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Los resultados, presentados en un encuentro con líderes del sector, subrayan la necesidad urgente de adoptar prácticas que protejan los recursos naturales mientras se impulsa la economía.
Pierre Candelon, del PNUD, y Federico Franco, viceministro de Áreas Protegidas y Biodiversidad, enfatizaron que respetar los ecosistemas no solo es viable, sino que es la clave para un desarrollo agrícola próspero y sostenible en la República Dominicana.
Dijo que este enfoque podría ser la solución para conservar los recursos vitales del país mientras se aumenta la producción y se reducen las presiones sobre las áreas protegidas.