Ve urgente necesidad de un salario extra: más del 70% de la población se endeuda para cubrir el regreso a clases
Santo Domingo.-El Observatorio Nacional para la Protección del Consumidor (Onpeco) ha encendido las alarmas sobre una crisis financiera que asfixia a las familias dominicanas cada agosto. Según un sondeo reciente, más del 70% de la población se ve forzada a endeudarse para cubrir los costos del regreso a clases, lo que deja a millones de familias atrapadas en un ciclo de préstamos que amenaza con destruir su estabilidad económica.
Onpeco, consciente de la gravedad de la situación, ha renovado su llamado al gobierno para implementar un salario adicional en agosto. Esta medida es vista como crucial para aliviar la carga económica que recae sobre las familias asalariadas, quienes se ven obligadas a recurrir a préstamos para solventar los gastos escolares.
La entidad también aboga por la eliminación del ITEBIS y otras cargas impositivas sobre los insumos escolares, que agravan aún más la situación financiera de las familias en un contexto de alta inflación.
El sondeo, que recogió la opinión de 58 personas, revela que un alarmante 94% de las familias experimenta un aumento significativo en sus gastos durante agosto, y un 71.4% recurre a préstamos para cubrirlos.
La situación se agrava con el frecuente cambio de los libros de texto en la enseñanza básica, que afecta al 70% de las familias encuestadas. Onpeco insiste en que estos cambios deberían realizarse cada cuatro años, permitiendo a las familias reutilizar los libros o donarlos, como era la norma anteriormente.
El estudio también muestra que los precios de los insumos escolares han subido considerablemente en comparación con el año pasado, y el 75% de las familias paga por la reinscripción en el colegio, mientras que un 32.7% realiza pagos por adelantado en cuotas.
De los encuestados, un 64.3% envía a sus hijos a colegios privados, lo que agrava aún más la presión financiera sobre estos hogares.
Lo que Onpeco denuncia es un sistema educativo que, lejos de facilitar el acceso a la educación, empuja a las familias a un abismo financiero cada vez más profundo. Sin un cambio radical en las políticas económicas y educativas, la educación en República Dominicana seguirá siendo un privilegio que muchas familias solo pueden alcanzar a costa de su bienestar económico.