Especialista de la ABA sugiere transición ordenada hacia Basilea III reformada
Santo Domingo. – El marco regulatorio del sistema financiero de la República Dominicana, junto con las buenas prácticas adoptadas por el sector bancario, han ubicado al país en un nivel de cumplimiento que se alinea con las normas internacionales establecidas en Basilea II.
Así lo ha expresado Manuel González, director Técnico de la Asociación de Bancos Múltiples de la República Dominicana (ABA), en un reciente ensayo publicado en la revista *ABANCE*, el órgano de difusión institucional de la entidad.
González sostiene que “considerando el tamaño y la complejidad reducida de la actividad bancaria en República Dominicana, podemos decir que estamos en cumplimiento de un Basilea II estándar o básico”.
Este cumplimiento es resultado de la adopción de la Ley Monetaria y Financiera (183-02) en noviembre de 2002 y el Reglamento de Normas Prudenciales de Adecuación Patrimonial en marzo de 2004, que alinearon la estructura del capital y las ponderaciones de los activos de riesgo con los estándares internacionales de Basilea II.
Cumplimiento con Basilea II y los Pilares II y III
El ensayo de González detalla cómo la República Dominicana ha ido incorporando gradualmente los principios del Pilar II, que aborda el examen del supervisor, y el Pilar III, que se enfoca en la disciplina de mercado, ambos aspectos esenciales de Basilea II.
Estos avances permiten que el país cumpla con un marco regulatorio adecuado para su realidad económica y financiera, sin incurrir en un engrosamiento organizacional innecesario ni en costos adicionales que podrían afectar el crédito en términos de costo y cantidad.
Recomendaciones para la adopción de Basilea III
A pesar del cumplimiento con Basilea II, González sugiere que la República Dominicana comience un proceso de adopción gradual de Basilea III, también conocida como Basilea III reformada o Basilea IV, de manera ordenada y adecuada en el tiempo.
Esta transición, según el especialista, permitiría al país mantenerse alineado con los estándares internacionales y fortalecer aún más la estabilidad financiera del sistema bancario nacional.
La recomendación se basa en el reconocimiento de que una adopción completa de Basilea II podría no ser necesaria para el sector bancario dominicano, dada su complejidad reducida. En cambio, una transición gradual hacia Basilea III aseguraría que las entidades financieras se adapten sin generar costos adicionales innecesarios, manteniendo así la solidez del crédito y la estabilidad del sector.
Los Acuerdos de Basilea y su impacto global
Los Acuerdos de Basilea son pautas de supervisión o recomendaciones sobre regulación bancaria emitidas por el Comité de Basilea de Supervisión Bancaria (CBSB).
Desde su primera instauración en 1988, estos acuerdos han transformado la asignación de capital para cubrir riesgos bancarios, reemplazando el enfoque tradicional de la relación entre fondos ajenos y patrimonio por un sistema que vincula el consumo de capital a los activos, reconociendo que no todos los activos presentan los mismos riesgos.
Hasta la fecha, los acuerdos de Basilea han pasado por varias reformas, dando lugar a Basilea I, Basilea II y Basilea III, con cada iteración introduciendo nuevos mecanismos y principios destinados a reforzar la estabilidad financiera global.
Perspectivas para el sistema bancario dominicano
El ensayo de González, al destacar la importancia de estos acuerdos y el camino a seguir para la República Dominicana, subraya la relevancia de mantener un equilibrio entre la adopción de normativas internacionales y las necesidades específicas del sistema bancario nacional. Este enfoque permitirá que el país continúe fortaleciendo su marco regulatorio, asegurando una participación competitiva y segura en el escenario financiero global.