La cantante expresa su alivio tras cancelar conciertos en Viena por amenaza terrorista
La cantante estadounidense Taylor Swift se ha pronunciado por primera vez este miércoles sobre el atentado frustrado que provocó la cancelación de sus tres conciertos del 'Eras Tour' en Viena, Austria, a principios de mes. La artista ha expresado su agradecimiento a las autoridades austriacas por su intervención, la cual impidió que se perdieran vidas.
"Subir al escenario en Londres fue una montaña rusa de emociones. La cancelación de nuestros shows en Viena fue devastadora. El motivo de las mismas me llenó de un nuevo sentimiento de miedo y de una tremenda culpa, porque mucha gente había planeado asistir a esos conciertos. Pero también me sentí muy agradecida a las autoridades porque, gracias a ellas, estábamos perdiendo conciertos y no vidas," declaró Swift.
Tras finalizar la gira europea en Reino Unido, Swift explicó que toda su energía se dirigió a proteger a las casi 500,000 personas que asistieron a sus conciertos en Londres. "Trabajamos codo con codo con el personal del estadio y las autoridades británicas todos los días en pos de ese objetivo," añadió la cantante.
Swift enfatizó la importancia de la moderación en situaciones delicadas como esta. "No voy a hablar públicamente de algo si creo que hacerlo podría provocar a quienes quisieran perjudicar a los fans que acuden a mis espectáculos.
En casos como este, 'silencio' es en realidad mostrar moderación, y esperar a expresarse en el momento en que sea correcto hacerlo," aclaró, al tiempo que celebró haber culminado su gira europea sin contratiempos mayores.
A principios de agosto, las fuerzas de seguridad austriacas anunciaron que habían frustrado un ataque terrorista planeado para una de las fechas de Taylor Swift en Viena. En relación con la investigación, tres adolescentes fueron detenidos, sospechosos de planear un atentado suicida.
Los investigadores encontraron un arsenal de productos químicos, dispositivos explosivos, detonadores y 21,000 euros en dinero falso en el domicilio del principal sospechoso, un joven de 19 años simpatizante del Estado Islámico que se había radicalizado a través de Internet.
